La máscara se relaciona con las diversas culturas del planeta y los tiempos
- La máscara y su relación con la cultura, el arte, las tradiciones, las corrientes modernas del psicoanálisis y los medios de comunicación es el tema de una original y rica exposición inaugurada hoy en Viena. "Nosotros somos Máscaras" es el título de la muestra organizada por el Kunsthistorisches Museum que podrá visitarse hasta el próximo 28 de septiembre en las salas del Museo Etnológico de la capital austríaca, situadas en el suntuoso Hofburg, el antiguo palacio imperial de los Habsburgo.
El culto a la muerte de las más diversas culturas, las momias y la memoria de las personas desaparecidas, la imitación de animales, las bromas, el disfraz, el espionaje, el juego de esconderse y el acercamiento a los mitos, los rituales, todo ello aparece íntimamente relacionado con "la máscara".
Pero también como modernas tendencias como la cirugía estética y el maquillaje, mientras que otras fueron creadas para protegerse del fuego, o de las armas del enemigo, mucho antes de su uso festivo en diversos bailes y carnavales, como el de Venecia, además de la aplicación en el teatro y la ópera.
"Las primeras máscaras se las debemos a la muerte", explicó hoy Sylvia Ferino, la comisaria de la exposición, en alusión a las primeras máscaras usadas por los humanos hace 9.000 años.
Ferino explicó que relacionar las diferentes funciones y diversas "caras" de la máscara en las culturas europeas y de otros continentes es uno de los principales objetivos de esta muestra.
"Lo que importa es reflejar claramente el deseo de los humanos, sea cual sea su origen cultural y social, de tener otro rostro", precisó la comisaria.
La muestra está estructurada en siete espacios titulados "La máscara como memoria", "A la sombra de Medusa", "Teatro", "Fiestas", "Cambio y Transformación", "El idioma plástico de la máscara", "El yo y la decadencia de la máscara".
La antigua aristocracia europea no ha sido la única en cultivar tradiciones del uso de máscaras: también en otras regiones, como en Camerún, existen grandes familias que cuentan con una sociedad de máscaras y poseen entre seis y veinte unidades diferentes.
Una máscara de búfalo de madera y un traje de plumas que se usa, entre otros, para el ritual de despedida a un familiar muerto, es un ejemplo de esa costumbre.
La Efe Gelede, de Yoruba (Benin), pertenece a una sociedad de mixta dirigida por una mujer, que organiza rituales en honor de las madres, de quienes esperan fuerzas míticas para toda la comunidad.
Con poderosos espíritus femeninos está conectada también, según sus creadores, la máscara Baba, de Papa Nueva Guinea, que es una cabeza en forma de cerdo trenzada con fibras animales.
Imágenes de seres marinos, pájaros, jabalíes, dragones, demonios y el propio diablo han sido reproducidos con los más diversos materiales y colores, siempre dispuestos a esconder un rostro humano, ya sea para protegerlo o para asustar a otros.
Pero también la pintura y el arte renacentista y barroco no pasó por alto el misterio de la máscara, y la muestra ofrece algunas obras maestras de artistas como Jan Lievens (1607-1674), Lorenzo Lippi (1606-1665) o Francesco Furini (1600/03-1646).
Asimismo la muestra exhibe "El gran búho de las nieves", un collage de dibujo y fotografía con el que el genio español Pablo Picasso se autorretrata irónicamente, pues presta sus propios ojos al animal dibujado, revela asimismo la pasión del artista por la máscara.