viernes, 29 de mayo de 2009

Leyenda del Príncipe Ahmed al Kamel o el Peregrino del amor


El príncipe le condujo a la ventana de la torre.


-Escuchad, caro maestro -le dijo.


El sabio se volvió todo oídos. Los ruiseñores de la selva cantaban a sus amantes que posaban en los rosales; de los floridos arbolillos y del espeso ramaje salía un himno melodioso sobre este solo tema: ¡amor!, ¡amor!, ¡amor!


-¡Allah Akbar! -exclamó el filósofo Bonabben-. ¿Quién pretenderá ocultar este secreto al corazón del hombre, cuando hasta los mismos pájaros conspiran por revelarlo?


Entonces, volviéndose a Ahmed, le dijo:


-Noble príncipe: cerrad vuestros oídos a esos cantos seductores, y no abráis la inteligencia a esos conocimientos peligrosos. Sabed que ese decantado amor es la causa de la mitad de los males que afligen a la desdichada humanidad, el origen de las amarguras y discordias entre amigos y hermanos; él engendra traiciones, asesinatos y guerras asoladoras; trae consigo cuidados y tristezas; va acompañado de días de inquietud y noches de insomnio, marchita el alma y amarga la alegría de los pocos años, y lleva consigo las penas y pesares de una vejez prematura. ¡Allah os conserve, príncipe querido, en completa ignorancia de esa pasión que se llama amor!


Retirose el sabio Eben Bonabben aturdido, dejando al príncipe abismado en la más profunda perplejidad. En vano intentaba éste apartar tal idea de su imaginación, pues, persistía aquélla, sobreponiéndose a todos sus pensamientos, atormentándole y deshaciéndole en vanas conjeturas. «Seguramente -se decía a sí mismo al escuchar los armoniosos gorjeos de los pajarillos- no hay tristeza en estos trinos, sino que, por el contrario, todo es ternura y regocijo. Si el amor es la causa de tantas calamidades y odios, ¿por qué estos pájaros no están abatidos en la soledad o despedazándose los unos a los otros, y no que están revoloteando alegremente por entre los árboles y regocijándose juntos entre las flores?»


(Continuará) Del libro "Cuentos de la Alhambra" de Washington Irving.