miércoles, 6 de mayo de 2009

Julio González en el Cars algo que no te debes perder


Fecha: 11 de marzo – 1 de junio de 2009 Lugar: Edificio Sabatini. Planta 3 Organización: Museu Nacional d´Art de Catalunya en coproducción con el Museo Nacional Centro de Arte Reina SofíaComisariado: Mercè DoñateCoordinación: Osbel SuárezItinerancia: Museu Nacional d´Art de Catalunya: 27 de octubre, 2008 – 25 de enero, 2009 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid: 10 de marzo de 2009 – 1 de junio de 2009
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presenta la mayor retrospectiva de Julio González (Barcelona, 1876 - Arcueil 1942) realizada hasta ahora en España. La gran diversidad de registros de su trabajo está presente en una muestra que cuenta con más de 200 obras. Desde las esculturas ‘filiformes’ y las esculturas del ‘espacio vacío’, con las que consolidó su lenguaje artístico cuando contaba más de cincuenta años, hasta obras menos conocidas del período llamado 'González antes de González'. De esta etapa son los numerosos trabajos de orfebrería, joyería así como diversos ejemplos de producción pictórica y escultórica.
Julio González está considerado el padre de la escultura en hierro y uno de los artistas fundamentales en el desarrollo de la vanguardia del siglo XX. Se forma en el taller de metalistería artística de su padre donde trabaja la forja y la fundición del hierro. Su vocación pictórica le llevará pronto a París, al igual que a sus amigos Picasso y al pintor Torres-García. En esta ciudad trabaja desde 1899 la pintura, alternándola con la producción de objetos y la escultura.
El aprendizaje en 1918 de una técnica industrial, la soldadura autógena, será decisivo en la experimentación de nuevos lenguajes escultóricos. El punto de inflexión en su sintaxis llegará en 1928. Picasso, habituado a trabajar con el metal, solicita la mano experta de González en la soldadura para lograr una escultura donde el vacío sea el protagonista. Deseaba materializar en el monumento funerario a su amigo Apollinaire la idea de ‘estatua de nada’, inspirada en un pasaje de El Poeta asesinado del propio Apollinaire: “una sólida estatua de nada, como la poesía y como la gloria”.
Esta colaboración dura hasta 1932 y será muy fructífera para ambos artistas. Los consejos de González permiten a Picasso comprobar la viabilidad de sus croquis, mientras Picasso dará a González el impulso necesario para su obra, limitada hasta entonces a hierros delicados de pequeñas dimensiones. Será el paso decisivo para la conquista del lenguaje formal por el cual había estado luchando desde sus primeros años.

Exposición organizada por el Museu Nacional d´Art de Catalunya en coproducción con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía