Y además están los gustos, sobre gustos no hay nada escrito, ya se sabe , a ella, sin ir más lejos, le apetecen las faldas largas de volantes, las mantillas de encaje y las blusas de raso, y sí, ya sé que nadie se viste así y lo siento mucho pero el uniforme de vaquero y camiseta es un horror digan lo que digan,aunque por cierto a él los vaqueros le sientan divinamente y mira que no le pegan ni con cola, hay que ver las cosas, y ahí ya pierde el hilo cuando se mete a la bañera lo hace como en la adolescencia se metía en las aguas heladas de la playa de Zarauz, con aquella amiga que la hizo comprender , en que consistía aquello de estar enamorada...