qué va , todo lo contrario. Fue un flechazo , así se decía entonces. Aquellos ojos de agua, qué belleza perfecta en sus labios y en sus dientes que ríen, y qué dedos tan suaves los que enganchaban los suyos y le descubren un mundo prohibido, un mundo de pecado de la mano de un angelito gótico, desabrochar las blusas y bajar los tirantes para comparar los botoncillos que florecen, rozando la misma sorpresa la carne propia y la ajena.. (continuara)