lunes, 2 de marzo de 2009

Los días de diario el parque de El Capricho está desierto . La palabras llegaron al fondo del autobús, falsete femenino apenas susurrando pero limpio, y el hombre que está apoyado entre la puerta y los asientos hojeando un periódico deportivo gira sobre sí mismo como una veleta sacudida por un viento poderoso,primero los ojos, luego el cuello y después todo el cuerpo; y el periódico se desbarata con un crujir seco. Luego , lentamente, a bandazos , le hombre se repliega,recompone los papeles, se oculta tras ellos, observa a los viajeros y ninguno está hablando, nadie está escuchando a nadie y nadie mira a quien los mira a todos. (Continuará)