jueves, 5 de marzo de 2009


Pero ya cruza a zancadas distendidas el césped triturado en el que los alumnos se desparraman al sol, tan iguales ellos y ellas, tan iguales a él que es o parece de la misma camada indiferente a normas sagradas hasta ayer,el peine,la plancha,el betún de los zapatos, cosas propias de fósiles coma la profe de biología, por ejemplo, que acaba de descender de un cochecito negro reluciente como una carroza , y dónde irá así vestida y así peinada, en qué época se creerá que vive esta mujer así vestida y así peinada, en que época se creerá que vive esta mujer que pasa sorteando los envases de refresco con gesto altivo y zapatos de tacón como una sonámbula y que ahora, al llegar a la altura del profesor de historia que se ha quedado cerca de la puerta, esperándola, perece que despierta, se lleva la mano al escote limpio de joyas y adornado con encajes, alarga el cuello de paloma y va a decir algo pero primero tiene que carraspear para templar la voz de clarinete que sólo luce en ocasiones memorables... (Continuará)