Las escenas de playa surgen en la obra de Sorolla como una derivación de su costumbrismo marinero, con el que a veces se confunde. Aparecen en 1899, pero su consolidación como temática no llegará hasta 1904. Es un aspecto fundamental en la obra del pintor, y aún hoy sigue siendo el más apreciado. Casi siempre las pintó en el mar Mediterráneo, de 1904 a 1916, pero también hay ejemplos realizados en Biarritz en el año 1906 y en Guipúzcoa, entre los años 1910 y 1917-1918.