Sorolla se enfrentó a la luz directamente al aire libre y la recogió con su rápida y amplia pincelada, unas veces muy empastada y otras veces muy líquida, con la que consiguió efectos sorprendentes.Su conocimiento de las distintas vanguardias y su trato con pintores como Sargent (1876-1925), Boldini (1845-1931) o Anders Zorn (1860-1920), aporta a sus obras una gran variedad de matices. Sorolla fue quizá el pintor español de su época más reconocido y valorado internacionalmente. Su atractivo estilo, basado en unas grandes dotes perceptivas y en una rapidísima ejecución, le abrió las puertas de los grandes coleccionistas europeos y americanos, además de los españoles.