En medio del temor y las sospechas,con espíritu agitado y ojos de pavor,nos consumimos y planeamos cómo hacer para evitar el seguro peligro que así terriblemente nos amenaza.Y sin embargo estamos equivocados, ése no está en nuestro camino:falsos eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimos bien). Otra catástrofe, que no la imaginábamos,repentina, violenta cae sobre nosotrosy no preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata.