Durante mi último curso en la Universidad, en sociología del arte, nuestro profesor nos puso un examen. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta que llegué a la ultima, que decía así: ¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia esta clase de la facultad? Seguramente era una broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la clase. Era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero... ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco. Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. Por supuesto, dijo el profesor. "En sus vidas ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Todas merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: !Hola!" Yo nunca olvidé esa lección.
También aprendí que su nombre era Piluca