lunes, 6 de abril de 2009

Rubaiyat



Omar ibn Ibrahim al Khayyam nació en Nichapur, Persia. Vivió entre los años 1040 y 1123 de la era Cristiana. Libertino, sibarita, ácido, místico y profeta. Además de poeta, fue astrónomo y matemático, reformo el calendario musulmán, cultivo el Derecho y las Ciencias Naturales, pero todo le pareció insuficiente a la hora de resolver el misterio del Universo, las pasiones humanas y la existencia misma. En el plano de las letras, se destaco por sus famosas “Rubaiyat”, que constituyen una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del vino y del goce del instante frente a la finitud de la vida. La lectura de Khayyam, además de sorprendernos por su belleza, nos revela un Islam permisivo con las pasiones mundanas (léase amor erótico y ebriedad). He tratado de elegir algunas poesías que más hacen reflexionar, según mi modo de ver. Se suele decir que hay tantos “Rubaiyat” como traductores. Los versos aquí transcriptos corresponden a la traducción al español de una versión francesa. Espero que disfruten de estas poesías tan especiales.

Todo el mundo sabe que jamás murmuré la menor oración.
Todo el mundo sabe que jamás traté de disimular mis defectos.
Ignoro si existe una Justicia y una Misericordia.
Si las hay, estoy tranquilo
Porque siempre fui sincero.

Sé indulgente con los bebedores.
No olvides que tienes tu otros defectos.
Si quieres lograr la paz y la serenidad,
piensa en los desheredados de la vida
y en los humildes que gimen en el infortunio
Y te hallarás feliz.

Procede en forma tal que tu prójimo no sufra con tu sabiduría.
Domínate siempre.
Jamás te abandones a la cólera.
Si quieres conquistar la paz definitiva,
sonríe al Destino que te azota
Y nunca azotes a nadie.

Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana,
Esfuérzate por ser feliz hoy.
Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando
En que mañana quizás la luna te busque en vano.

Confórmate en este mundo con pocos amigos.
No busques prolongar la simpatía que alguien te inspiro.
Antes de estrechar la mano de un hombre,
Piensa si ella no te golpeará algún día.

¡Cuan mísero el corazón que no sabe amar,
Que no puede embriagarse de amor!
Si no amas,
¿cómo podrás comprender la luz cegadora del sol
Y la suave claridad lunar?.

Sabes que careces de poder sobre tu destino.
¿Por qué la incertidumbre del mañana ha de causarte inquietud?
Si eres sabio, goza del momento actual.
¿El porvenir?
¿Qué puede traerte el porvenir?.

Más allá de la Tierra, más allá del Infinito,
Buscaba yo el Cielo y el Infierno.
Pero una voz grave me dijo:
"El Cielo y el Infierno están en ti".

Rápidos huyen nuestros días
Como el agua de los ríos y los vientos del desierto.
empero, dos días me dejan indiferente:
El que pasó ayer y el que vendrá mañana.

Convéncete bien de esto:
Un día tu alma abandonará el cuerpo
Y serás arrastrado tras el velo fluctuante entre el mundo y lo incognoscible.
Mientras esperas, ¡sé feliz!.
No sabes de donde vienes ni sabes a donde vas…