Grandes hombres y mujeres de todas las épocas que han logrado permanecer en la memoria colectiva gracias a unas pocas palabras dichas en el momento justo y en el lugar adecuado. Ya sean a través del boca a boca y la memoria, escritas en libros o grabadas en televisión, estas frases siguen siendo recordadas e incluso adaptadas a nuestras vidas cotidianas.Si hay una época especialmente gloriosa en cuanto a frases memorables es la de la Grecia clásica. La mayoría de los filosofos de ese periodo histórico tienen su expresión conocida mundialmente. Por ejemplo, “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, de Arquímedes, que, además de ser uno de los principios básicos de la física, ha quedado en la memoria colectiva hasta el siglo XXI. Por la cercanía, del Imperio Romano ha llegado el legado de otro filósofo, Séneca. Ya entonces supo avanzar el horror y los estragos que la guerra seguiría causando en los siglos posteriores. “Una era construye ciudades. Una hora las destruye”, sentenció. Pero además, formuló uno de los principios de la estrategia militar: “quien da primero, da dos veces”.
Y es que la guerra y todo lo que la ha rodeado a lo largo de la historia ha dejado grandes frases para la historia. Por ejemplo, una mujer pondría el epitafio a varios siglos de dominio musulmán en nuestro país. Al caer Granada, en 1492, la madre del último rey nazarí, Boabdil, le reprendía por su actitud y su falta de preparación. Aixa dejó un legado para la historia: “llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Siglos más tarde, el gran estratega militar de todos los tiempos, Napoleón Bonaparte, dejó en los libros y en la memoria su visión de la guerra: “en la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca”. Y así arriesgaba tanto en sus campañas. Ciencia, literatura y frasesPero si a lo largo de los siglos ha habido dos campos que han dejado un legado de grandes frases han sido la literatura y la ciencia, además de la filosofía. Un filósofo más reciente, René Descartes, dejó sin duda alguna una de las frases célebres que más juego ha dado a posteriori: “Dudo luego pienso, pienso luego existo”. El Quijote, en nuestro país, es una fuente de frases y expresiones populares que aún perduran. Ante la imposibilidad de enfrentarse al poder que veía el caballero de la Mancha de Cervantes, espetó “con la Iglesia hemos topado”. También Francisco de Quevedo, en el siglo XVII, dejó claro en un soneto cual es la forma de tener una vida lo más placida posible afirmando que “poderoso caballero es Don Dinero”.
Otros autores también dejaron su impronta lejos de nuestras fronteras. Franz Kafka, con unas pocas palabras, reflexionó sobre la vida: “todo lo que puede suceder sucede, pero sólo puede suceder lo que sucede”. O William Shakespeare, que también disertó sobre el futuro con esta frase: “el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que jugamos”. Muchos escritores a lo largo de la historia han vivido relaciones tormentosas en lo que al amor y las tentaciones se refieren. Lo retrata perfectamente Oscar Wilde con otra frase que ha aguantado en el tiempo. “La mejor manera de evitar la tentación es no caer en ella”, sentenció. Y también del mundo científico han emanado grandes frases. El gran investigador de la evolución, Charles Darwin, analizó la ‘evolución de la humanidad’ en una sola frase. Darwin aseguró que “la historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia”. O el español Severo Ochoa, que al recoger el Nobel explicó científicamente el amor. “Es física y química”, dijo Ochoa. Quien le iba a dejar que años después harían una serie de televisión con su sentencia. El siglo XX: 100 años de grandes frasesPero ha sido el siglo pasado el que, por razones lógicas, ha dejado más frases como legado. Evidentemente los medios de comunicación captan prácticamente todo lo que sucede y lo que pasó en el siglo XX, por lo que las frases se sucedían con el paso de los años. Quizás la sentencia que marcó un salto en la historia de la humanidad no se hizo en nuestro planeta. Fue en la luna y la hizo Neil Armstrongantes de pisarla. “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”. Y llegó a millones de hogares.
El mundo del cine también ha dejado su impronta a través de sus actores o los propios personajes. Por ejemplo, Charles Chaplin, que aseguró en una entrevista que “el tiempo es el mejor autor; siempre se encuentra un final perfecto”. O quizás el autor de frases célebres más prolífero de la historia, Groucho Marx. Hasta en su epitafio dejó palabras para la historia: “perdone señora que no me levanté”. O más recientemente Woody Allen que con una expresión muy sencilla dijo lo que todos realmente pensamos: “lo que me interesa es el futuro, porque es allí pasaré el resto de mi vida”. E incluso las propias películas han construido un imperio de frases célebres. Por rescatar una, Forrest Gump en su película homónima. “Tonto es el que dice tonterías”, dice el personaje. ¿Hay algo más cierto? También hay que rescatar a dos iconos del siglo XX. Cada uno a su manera. Quién no conoce la frase “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”, de Ernesto ‘Che’ Guevara . Está en impresa en miles de camisetas. Y a John Lennon, que preguntado sobre la vida, aseguró “es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”.
Y es que la guerra y todo lo que la ha rodeado a lo largo de la historia ha dejado grandes frases para la historia. Por ejemplo, una mujer pondría el epitafio a varios siglos de dominio musulmán en nuestro país. Al caer Granada, en 1492, la madre del último rey nazarí, Boabdil, le reprendía por su actitud y su falta de preparación. Aixa dejó un legado para la historia: “llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Siglos más tarde, el gran estratega militar de todos los tiempos, Napoleón Bonaparte, dejó en los libros y en la memoria su visión de la guerra: “en la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca”. Y así arriesgaba tanto en sus campañas. Ciencia, literatura y frasesPero si a lo largo de los siglos ha habido dos campos que han dejado un legado de grandes frases han sido la literatura y la ciencia, además de la filosofía. Un filósofo más reciente, René Descartes, dejó sin duda alguna una de las frases célebres que más juego ha dado a posteriori: “Dudo luego pienso, pienso luego existo”. El Quijote, en nuestro país, es una fuente de frases y expresiones populares que aún perduran. Ante la imposibilidad de enfrentarse al poder que veía el caballero de la Mancha de Cervantes, espetó “con la Iglesia hemos topado”. También Francisco de Quevedo, en el siglo XVII, dejó claro en un soneto cual es la forma de tener una vida lo más placida posible afirmando que “poderoso caballero es Don Dinero”.
Otros autores también dejaron su impronta lejos de nuestras fronteras. Franz Kafka, con unas pocas palabras, reflexionó sobre la vida: “todo lo que puede suceder sucede, pero sólo puede suceder lo que sucede”. O William Shakespeare, que también disertó sobre el futuro con esta frase: “el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que jugamos”. Muchos escritores a lo largo de la historia han vivido relaciones tormentosas en lo que al amor y las tentaciones se refieren. Lo retrata perfectamente Oscar Wilde con otra frase que ha aguantado en el tiempo. “La mejor manera de evitar la tentación es no caer en ella”, sentenció. Y también del mundo científico han emanado grandes frases. El gran investigador de la evolución, Charles Darwin, analizó la ‘evolución de la humanidad’ en una sola frase. Darwin aseguró que “la historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia”. O el español Severo Ochoa, que al recoger el Nobel explicó científicamente el amor. “Es física y química”, dijo Ochoa. Quien le iba a dejar que años después harían una serie de televisión con su sentencia. El siglo XX: 100 años de grandes frasesPero ha sido el siglo pasado el que, por razones lógicas, ha dejado más frases como legado. Evidentemente los medios de comunicación captan prácticamente todo lo que sucede y lo que pasó en el siglo XX, por lo que las frases se sucedían con el paso de los años. Quizás la sentencia que marcó un salto en la historia de la humanidad no se hizo en nuestro planeta. Fue en la luna y la hizo Neil Armstrongantes de pisarla. “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”. Y llegó a millones de hogares.
El mundo del cine también ha dejado su impronta a través de sus actores o los propios personajes. Por ejemplo, Charles Chaplin, que aseguró en una entrevista que “el tiempo es el mejor autor; siempre se encuentra un final perfecto”. O quizás el autor de frases célebres más prolífero de la historia, Groucho Marx. Hasta en su epitafio dejó palabras para la historia: “perdone señora que no me levanté”. O más recientemente Woody Allen que con una expresión muy sencilla dijo lo que todos realmente pensamos: “lo que me interesa es el futuro, porque es allí pasaré el resto de mi vida”. E incluso las propias películas han construido un imperio de frases célebres. Por rescatar una, Forrest Gump en su película homónima. “Tonto es el que dice tonterías”, dice el personaje. ¿Hay algo más cierto? También hay que rescatar a dos iconos del siglo XX. Cada uno a su manera. Quién no conoce la frase “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”, de Ernesto ‘Che’ Guevara . Está en impresa en miles de camisetas. Y a John Lennon, que preguntado sobre la vida, aseguró “es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”.