Los comienzos del palacete
En 1905 Sorolla había comprado un solar en el Paseo del Obelisco, actual Paseo del General Martínez Campos y cuando, cuatro años más tarde, regresa de Estados Unidos encarga a Enrique María de Repullés y Vargas (1845 - 1922), el proyecto de construcción. Así, se diseñaría un edificio de corte clásico, con la personal participación del pintor. Inmediatamente, Sorolla compra un 2º solar a la derecha del 1º, lo que obliga al arquitecto a modificar el proyecto y permite a Sorolla intervenir, dándole a la construcción un caracter más andaluz. En julio de 1910 comenzaron las obras, y en diciembre de 1911 la casa ya estaba habitada.
Antes de entrar a detallar la vivienda, es preciso detenerse en los jardines de la parte anterior de la casa, tres zonas diferentes en las que intentó reconstruir algunos de los rincones que habían servido de inspiración a sus obras.
El jardín es una creación más de Sorolla y debe considerarse como una sala más de su Museo. Ferviente admirador de la jardinería andaluza que representó en numerosos lienzos, intentó reconstruir algunos de sus rincones en su propia vivienda e hizo traer planteles de Granada y de Valencia, algunos de ellos desde La Alhambra como los mirtos que todavía se conservan. Antes de acometer su plantación dibujó y diseñó las distintas partes del jardín, conservándose hogaño en el Museo una buena colección de bosquejos que se han expuesto al público. Muchos de los elementos que lo enriquecen tienen la misma procedencia: las pilas de sus fuentes, columnas, capiteles, restos arqueológicos, esculturas, etc., que comparten los honores con azulejería antigua y moderna de Triana, Manises o Alcora.