viernes, 17 de julio de 2009

Uno fresquito... de verano


Una maestra de preescolar estaba observando a los niños de su clase mientras dibujaban. Ocasionalmente se paseaba por el salón para ver los trabajos de cada niño. Llegó donde había una niña que trabajaba diligentemente, y le preguntó qué estaba dibujando.
La niña replicó:
- Estoy dibujando a Dios.
La maestra se detuvo y dijo:
- Pero nadie sabe cómo es Dios.
Sin pestañear, y sin levantar la vista de su dibujo, la niña
contestó:
- Pues lo sabrán en un minuto.