Aunque sea un libro dedicado a los vampiros no deja de ser historia, porque todos los personajes que aparecen han existido", ha explicado el autor en una entrevista con Efe en la que sostiene que, aunque no se manifieste, todos llevamos un vampiro dentro.
Seres humanos que se comportan como vampiros y leyendas y mitos relacionados con éstos ocupan el libro, publicado por la editorial Belacqva.
César Alcalá (Barcelona, 1965) está convencido de que los vampiros nos interesan por "el miedo a la muerte" que tienen las personas, y por eso "el mito de Drácula, que vuelve de la muerte, que gana a la muerte, ejerce una atracción muy fuerte en la gente".
Y es que esa atracción es tan fuerte que llega incluso al plano erótico. "El vampiro es el súmmum de la sexualidad", detalla el autor, que explica en su libro que estos seres son los protagonistas perfectos de cualquier película.
"Si te encuentras con un vampiro como Brad Pitt o Antonio Banderas, cómo no te vas a dejar morder", bromea el historiador.
Tomando como ejemplo los últimos éxitos del mito vampírico en el cine y la televisión, como la serie "Buffy cazavampiros" o la película "Crepúsculo", Alcalá explica que aunque el gran referente sigue siendo Drácula, el vampiro "ha ido evolucionando a medida que evoluciona la sociedad".
"Los vampiros han sido llevados a la actualidad -argumenta-. Drácula ya no vive en un castillo apartado de Transilvania, ahora puede ser tu vecino, incluso podría ser el director de una multinacional".
Asesinos en serie que han pasado a la historia como Gilles de Rais, Vlad Tepes o Jack el Destripador centran la primera parte del libro, en la que Alcalá atribuye a estos personajes comportamientos relacionados con el vampirismo.
Especialmente llamativo es el caso de Issei Sagawa, el vampiro de Japón, que tras cometer un crimen atroz y pasar por varios centros psiquiátricos se ha convertido en una figura mediática en su país.
En España el único caso de vampirismo documentado, según Alcalá, es el de Enriqueta Martí, la vampira de la calle Poniente, que aparece en el libro.
Martí aterrorizó a la ciudad de Barcelona a principios del siglo XX secuestrando y asesinando a niños para preparar con ellos pociones, filtros y pomadas de supuestos valores curativos.
El escritor catalán afirma que todos llevamos un vampiro dentro, "la división entre el doctor Jeckyll y Mr. Hyde, aunque no la ponemos en práctica afortunadamente".
Los personajes históricos que aparecen en el libro, en cambio, "han traspasado esa frontera", aunque Alcalá asegura que se trata de una minoría y por eso son representativos de esos comportamientos anormales.
Aunque puedan parecer sádicos terribles a primera vista, el historiador subraya la importancia de situar a cada uno de los personajes que aparecen en el libro dentro de su contexto histórico.
Por ejemplo, Vlad Tepes "era un príncipe que luchaba por mantener su reino -comenta Alcalá- y podía empalar a treinta mil personas en un día, pero es que eso no era algo tan anormal para un guerrero de la época".
César Alcalá, que tiene en mente una segunda parte del libro en la que hablará de cárceles y asesinos en serie, considera que "mientras el mundo sea mundo vamos a crear historias de vampiros", ya que "llega un momento en el que el mito queda intrínseco dentro de la sociedad".