Una mujer de la cultura Chimú fue enterrada viva en el siglo XV en el conjunto arqueológico de Chan Chan, al norte de Perú, para aplacar los efectos del fenómeno climático de «El Niño», según reveló hoy el Instituto Nacional de Cultura.
«Esta es la primera vez que se encuentra una evidencia de que algunos pobladores de la época eran enterrados vivos para evitar, en este caso, que las acciones de «El Niño» tuviesen efectos sobre la «ciudad de barro», explicó el director de la Unidad Ejecutora 110 del INC, Cristóbal Campana, a la agencia estatal Andina.
Los restos óseos de la mujer, una joven de algo más de 20 años, se encontraron durante los trabajos de reestructuración del muro perimetral oeste del Palacio «Ñain An» o «Casa de las aves», que pertenece a la ciudadela de barro de Chan Chan.
El referido complejo arqueológico es reconocido por la Unesco como patrimonio cultural de la humanidad, pero también integra la lista de patrimonio en peligro debido a la fragilidad de sus
estructuras por el efecto de las lluvias y el intenso calor en la zona. Chan Chan es uno de los centros ceremoniales más importantes del norte peruano, y está ubicado a 570 kilómetros al norte de Lima.
Los restos corresponden a una mujer de 1.55 metros, que fue enterrada viva, dada la posición de sus extremidades superiores y maxilares, que reflejan desesperación por librarse de una tela que le habían anudado alrededor del cuello, agregó la fuente. Además, la víctima sufrió la amputación de ambos pies, al igual que los guardianes sacrificados en otro palacio de la misma región, aunque la fuente no explicó cómo se ha sabido que el sacrificio tenía que ver con el temido fenómeno meteorológico.
Campana indicó que los restos serán retirados esta semana del interior de una estructura que les protege del sol y de las lluvias para ser llevados al laboratorio del INC en el departamento de La Libertad, al cual pertenece Chan Chan.