viernes, 19 de diciembre de 2008
UN CLAVO EN LA PUERTA DEL ALMA
El primer día, el joven clavó treinta y siete clavos detrás de la puerta. Las semanas siguieron y a medida que iba aprendiendo a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llego un día que pudo controlar su carácter durante todo un día . Después de de informa a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que logrará controlar su carácter. Los días pasaron y finalmente el muchacho pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos que retirar de la puerta. Su padre le tomó de la mano y le llevó hasta la puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío; pero mira bien esos agujeros en la puerta. Nunca más será la misma . Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves...