lunes, 23 de noviembre de 2009

TEatro de sueños.




En el mundo de los sueños todo es posible si el viaje se inicia desde el corazón, si las ilusiones nos mantienen despiertos y nuestras manos no tiemblan ante espíritu del hombre de hoy.

Ayer, perdidos entre el gentío de una tarde fría y soleada de otoño, mis ojos se toparon con un pequeño mundo de fantasía, humor y colores llenos de ilusión. Palabras, risas, gestos y disfrazes unieron su esencia para crear en el mismo centro de Madrid un diminuto mundo de teatro y diversión.

En el centro de ese simpático y humilde mundo, destacaban dos grandes personajes que anónimos eran y anónimos van a volver a ser. Alzaban sus palabras al viento repletas de risas y buen humor, buscando la fantasía perdida y creando momentos que mis ojos ya no olvidan.

Por un momento el frío se tornó calor, la tierra se detuvo a mirarlos y el sol maravillado despunto por encima del cielo para dar luz a la risa de un niño. Nadie se perdía en aquel mar pintado de alegría, niños y mayores, hombres y mujeres, ancianos y pequeños, todos unidos por la magia que la fantasía de dos soñadores nos trajeron al centro de Madrid.

Quizá las calles sean su escenario, las aceras y las plazas sus teatros olvidados, tal vez no vean nunca ante ellos un mar de butuacas repletas, probablemente Broadway nunca les aplaudirá. Pero en el fondo de sus almas surge un pensamiento, un sueño, un dulce momento...

En él, las calles son de madera y piedra, el sol es luz de escenario y la gente acude a verlos a diario. No se si ese día llegará, si el frío se volverá calor y su gorra dejará el suelo por una vez.

Tal vez, tal vez las risas que arrancan tengan su premio algún día. Mientras, ellos seguirán soñando, llevando su mundo a las calles, haciendo de sus palabras, gestos y canciones un mundo perdido, eso sí... lleno de fantasía e ilusiones.

Un Saludo...Ladrón de Palabras.