Otros Monumentos en La Puebla de Montalbán
Convento Padres Frasciscanos
Fueron sus fundadores Dª. Catalina Pacheco, hermana del Cardenal Pacheco, y su sobrino D. Alonso Téllez Girón. Se comenzó la obra en 1570 en unas casas que poseía Dª. Catalina Pacheco. Desde su fundación el convento estuvo habitado por frailes observantes de Castilla hasta su expulsión en 1835.
Después de haber sido incautado a causa de la desamortización de Mendizábal, volvieron de nuevo los frailes al convento el 20 de Julio de 1878 instalando en él un Colegio de Misioneros Franciscanos de la provincia de San Gregorio Magno de Filipinas. En 1879 se conseguía por una Real Orden la validez académica de los estudios que se cursasen en este colegio.
Tiene características acentuadamente renacentistas y barrocas.
Su construcción es de ladrillo, formando dos cuerpos: uno más elevado y rematado por hermoso cimborrio destinado a iglesia, y otro, a convento propiamente dicho. Este último consta de tres plantas, levantadas en torno a un patio cuadrado, que ilumina el claustro, y posee arcos fajonados rebajados que, junto a los de medio punto, sujetan bóvedas de arista.
Después de haber sido incautado a causa de la desamortización de Mendizábal, volvieron de nuevo los frailes al convento el 20 de Julio de 1878 instalando en él un Colegio de Misioneros Franciscanos de la provincia de San Gregorio Magno de Filipinas. En 1879 se conseguía por una Real Orden la validez académica de los estudios que se cursasen en este colegio.
Tiene características acentuadamente renacentistas y barrocas.
Su construcción es de ladrillo, formando dos cuerpos: uno más elevado y rematado por hermoso cimborrio destinado a iglesia, y otro, a convento propiamente dicho. Este último consta de tres plantas, levantadas en torno a un patio cuadrado, que ilumina el claustro, y posee arcos fajonados rebajados que, junto a los de medio punto, sujetan bóvedas de arista.
Convento de las Madres Concepcionistas
Construido en el siglo XVI, posiblemente por Laurencio de Ilachoa y fundado por el Cardenal Pacheco en 1522. Las primeras monjas que vivieron en este Monasterio, procedentes de Torrijos, llegaron a la Puebla el 15 de Septiembre de 1522.
Se compone de iglesia, claustro, con sus dependencias monacales y zona de huerto.
El convento está levantado sobre un zócalo de piedra granítica a base de grandes volúmenes, con sillares calizos y graníticos en las esquinas. La iglesia es el edificio más emblemático del conjunto monástico. La fachada norte tiene una puerta adintelada de piedra berroqueña con acceso a la iglesia de planta de cruz latina y ábside semicircular al frente, además de numerosas gárgolas. El interior del templo recuerda mucho al del Monasterio de El Escorial, sobre todo en el retablo, en el que destaca una imagen de la Virgen María ricamente estofada y algunos lienzos. En las pechinas se observan escudos y capeles cardenalicios. La nave se cubre con bóveda de cañón en su primer tramo y último con decoración de casetones, al igual que en el crucero; el resto de la nave se cobre con bóveda de arista sobre lunetos, con ventanas de medio punto geminadas y óculo. A cada lado de la nave se abre un gran arco de medio punto, formando senda pequeñas capillas, de poca profundidad, entre los contrafuertes.
El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas decorada con doble moldura y rematada con linterna. En cambio, el presbiterio se cubre con bóveda de horno acasetonada.
Separado de la nave por dos hermosas rejas, se encuentra el coro de las religiosas, y debajo del mismo el cementerio de la comunidad.
Exteriormente, la rotundidad del edificio se hace patente por la fuerza y protagonismo que adquieren los contrafuertes y el predominio del macizo sobre el vano. El claustro, elemento distribuidor del monasterio, tiene forma cuadrangular y consta de dos alturas con arquería.
El estilo del conjunto es plateresco de influjo italiano.
Se compone de iglesia, claustro, con sus dependencias monacales y zona de huerto.
El convento está levantado sobre un zócalo de piedra granítica a base de grandes volúmenes, con sillares calizos y graníticos en las esquinas. La iglesia es el edificio más emblemático del conjunto monástico. La fachada norte tiene una puerta adintelada de piedra berroqueña con acceso a la iglesia de planta de cruz latina y ábside semicircular al frente, además de numerosas gárgolas. El interior del templo recuerda mucho al del Monasterio de El Escorial, sobre todo en el retablo, en el que destaca una imagen de la Virgen María ricamente estofada y algunos lienzos. En las pechinas se observan escudos y capeles cardenalicios. La nave se cubre con bóveda de cañón en su primer tramo y último con decoración de casetones, al igual que en el crucero; el resto de la nave se cobre con bóveda de arista sobre lunetos, con ventanas de medio punto geminadas y óculo. A cada lado de la nave se abre un gran arco de medio punto, formando senda pequeñas capillas, de poca profundidad, entre los contrafuertes.
El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas decorada con doble moldura y rematada con linterna. En cambio, el presbiterio se cubre con bóveda de horno acasetonada.
Separado de la nave por dos hermosas rejas, se encuentra el coro de las religiosas, y debajo del mismo el cementerio de la comunidad.
Exteriormente, la rotundidad del edificio se hace patente por la fuerza y protagonismo que adquieren los contrafuertes y el predominio del macizo sobre el vano. El claustro, elemento distribuidor del monasterio, tiene forma cuadrangular y consta de dos alturas con arquería.
El estilo del conjunto es plateresco de influjo italiano.