sábado, 31 de enero de 2009
viernes, 30 de enero de 2009
jueves, 29 de enero de 2009
Rafael Alberti - Se equivocó la Paloma -
Preludio a la jornada mundial de la no violencia
miércoles, 28 de enero de 2009
La inteligencia fracasada (José Antonio Marina)
martes, 27 de enero de 2009
Feliz la persona...
domingo, 25 de enero de 2009
Excursión de Primavera - Melque III
INVESTIGACIÓN Y REHABILITACIÓN
Tras la desamortización de los bienes eclesiásticos en el siglo XIX, la iglesia de Santa María de Melque sufrió un proceso de abandono que propició la pérdida de algunas partes significativas del monumento. Sólo la utilización del cuerpo central como pajar y establo durante más de un siglo ha hecho posible la conservación del edificio.
Su descubrimiento y valoración se debe a los trabajos de personajes como el Conde de Cedillo o Manuel Gómez Moreno, que lograron despertar el interés de ciertas instituciones, hasta el punto de hacer posible la adquisición del templo por parte de la Excma. Diputación Provincial de Toledo en los años 60 del pasado siglo XX. Desde ese momento se iniciaron toda una serie de actuaciones dirigidas tanto a conocer el pasado del monumento, como a iniciar su proceso de rehabilitación a través de diferentes excavaciones arqueológicas dirigidas en su mayor parte por Luis Caballero y a trabajos de restauración llevados a cabo bajo la dirección de arquitectos como González Valcárcel, José Menéndez Pidal, Manuel Cuadrado, Pablo Latorre, Manuel Santolaya y en la actualidad del equipo técnico de la Diputación Provincial de Toledo. Todos ellos a lo largo de cerca de cuarenta años, han ido aportando diferentes soluciones para una rehabilitación que, afortunadamente, ha llegado a su fin en estos momentos.
Pero el proyecto del Sitio Histórico de Santa María de Melque no se agota aquí, también se ha llevado a cabo la rehabilitación de las casas labriegas que rodean a la iglesia para ubicar en ellas el centro de interpretación y los servicios necesarios que hagan posible la visita del monumento. Tras años de todo tipo de trabajos de gran complejidad y una vez conseguido abrir al público el monumento, esperan continuar con los trabajos de acondicionamiento arqueológico y biológico de todo el entorno del viejo monasterio, restaurando y poniendo en valor elementos como el entorno paisajístico que rodea el lugar, el conjunto de presas, la cerca monástico o el poblado islámico, que forman parte y explican la importancia y evolución del Sito Histórico de Santa María de Melque.
Excursión de Primavera - Melque II
Por sus características constructivas y estado de conservación, es un edificio único en el panorama de la arquitectura de estos años en Europa occidental. Su aparejo y su técnica constructiva son una clara herencia de la tradición arquitectónica tardorromana. Sin embargo su planta y algunos de los escasos elementos decorativos que aún se conservan en el propio monumento, hay que vincularlos con algunos ejemplos conocidos en el mundo oriental, en concreto con las primeras expresiones que conocemos del cristianismo en lugares como Siria o Jordania.
En la actualidad la iglesia de planta cruciforme conserva íntegras sus distintas naves, una de las capillas laterales y, parcialmente otra de estas capillas y una sala dotada de diferentes arcos de herradura, muy pronunciados, de uso aún desconocido. Como principales detalles constructivos hay que desatacar los restos de decoraciones en estuco que se conservan en algunos de los arcos torales del crucero y la existencia de un nicho relacionado con algún enterramiento que podemos vincular con el del personaje responsable de la fundación del templo y, por lo tanto, del monasterio del que formaba parte.
Excursión de Primavera - Melque I
La iglesia de Santa María de Melque se encuentra muy cerca del Castillo de Montalbán. Concretamente, la desviación desde la carretera CM-4009 está en el mismo lugar que se encuentra la desviación para llegar al castillo de Montalbán.
HISTORIA
La iglesia de Santa María de Melque es el edificio mejor conservado de lo que fue un amplio conjunto monástico construido en los siglos VII-VIII, en el territorio de la ciudad de Toledo, la antigua capital del reino visigodo.
El templo, único por sus características en el reducido panorama de la arquitectura de la Península Ibérica en la Alta Edad Media, se ubicaba en el centro de un gran patio formado por las distintas dependencias de un edificio, igualmente de carácter monumental, dotado de diferentes naves y dos alturas, que sirvió para albergar las distintas dependencias de uno de los pocos monasterios visigótico-mozárabes que conocemos. Sus restos que marcan aún la topografía de la zona, pueden contemplarse en algunos puntos concretos en los que se ha realizado su estudio.
Tras su fundación y ante los avatares producidos por la conquista islámica de la Península, se tiene la certeza de la pervivencia de la función monástico del complejo, hablado por una comunidad mozárabe, para luego, abandonado el culto cristiano, convertirse en el centro de un pequeño poblado que aprovechó la imponente construcción de la iglesia para edificar sobre ella un pequeño castillo. La huella más visible de los cambios sufridos en esta época es la torre que aún cubre la cúpula de la iglesia, que es el principal resto visible de la vieja fortificación árabe.
Con la conquista de Toledo por el rey Alfonso VI en el año 1085, el antiguo templo recuperó su antigua función litúrgico, sin perder por ello su añadida función militar, que conservaría como centro de una pequeña fortaleza hasta momentos muy avanzados de la Baja Edad Media. Las diferentes sepulturas antropomorfas talladas en la roca y los restos de diferentes barbacanas o pequeñas murallas que aparecen ocupando el antiguo patio, son algunos de los elementos aún visibles que tienen su origen en este momento.
Con posterioridad, la pequeña población surgida al amparo de la vieja iglesia, se ha seguido manteniendo a lo largo del tiempo, sufriendo las consecuencias de hechos históricos como la desamortización de los bienes eclesiásticos en el siglo XIX, que acabó con el culto en la entonces ermita y propició un olvido del lugar que sólo empezó a verse superado con la llegada de los primeros estudiosos a comienzos del siglo XX.
Desde entonces, gracias al trabajo de muchos profesionales interesados por este importante conjunto arqueológico y a los esfuerzos de la Excma. Diputación Provincial de Toledo, propietaria del monumento, se ha conseguido empezar a conocer la auténtica importancia del Sitio Histórico de Santa María de Melque que ha llegado a convertirse en todo un referente para la historia de la Alta Edad Media en Europa.
Excursión de Primavera VIII
Aunque vinculado históricamente con La Puebla de Montalbán, el castillo pertenece hoy al término municipal de San Martín de Montalbán. Está situado a la altura del km 31.1 de la carretera comarcal que une Torrijos con Abenójar y se puede visitar los sábados por la mañana, pues es propiedad privada.
El castillo de Montalbán se levanta en un paraje solitario, enmarcado entre piedras de granito pardo-rojizo, encinas y el verde oscuro de la jara, el tomillo y el carrasco.
Le ciñe por su lado suroeste el arroyo Torcón, que discurre entre peñas a gran profundidad. Al fondo noroeste, destaca la mancha blanca de una cantera de caliza de donde se extrajera gran parte de la piedra para su construcción. Al norte se divisa la Sierra de San Vicente y el paisaje se cierra al sur por los Montes de Toledo.
Su ubicación geográfica es exactamente el que como región caracteriza a la comunidad de Castilla-La Mancha. Por sus inmediaciones pasaba, en efecto, la calzada romana que unía Mérida con Zaragoza, a través de Toledo; el camino medieval que, derivando en Torrijos conducía por Villanueva de la Serena hacia Extremadura; y la cañada que con la Mesta recibe el nombre de "Segoviana". Nudo, pues, de rutas y comunicaciones fundamentales, paso obligado de importantes transportes peninsulares.
Parece evidente, por otra parte, que el castillo formara parte de la línea defensiva del Tajo, dispuesta por los musulmanes a mediados del siglo VIII, cuando se repliegan al sur del Sistema Central, y que luego, a lo largo de los siglos IX y X, van fortificando para determinar una frontera que se organiza en "Marcas".
En cuanto al aspecto topográfico de su emplazamiento, el castillo se levanta sobre una altura que permite abarcar gran extensión de terreno circuncidado en buena parte por el ya citado arroyo que corre a sus pies y flanqueado por dos torrenteras.
Existen varias hipótesis sobre el origen del nombre del castillo. La más elemental y directa apreciación induce a derivar éste del calificativo latino albus y ponerlo en relación con el color de la caliza de la cantera próxima, de donde evidentemente se extrajo parte de la piedra empleada en la construcción de la fortaleza. Otras hipótesis apuntan al sentido de la antigua raíz alp que entraña un significado de altura.
En cuanto a los primitivos constructores del castillo, existen diversas opiniones. Los más antiguos se remontan a época romana, durante la cual debió de existir sobre la eminencia en que se levanta la ermita de Melque un poblado o, desde luego, una fortificación primitiva, que en el siglo VII, o tal vez antes, sería sustituido por un establecimiento visigodo, al que reemplazaría la residencia señorial de algún reyezuelo moro vinculado a Toledo.
La mayoría de los autores que se han ocupado del tema (Bissó, Chueca Goitia, Ángel Dotor, Moreno Nieto, etc) creen que el castillo fue levantado en época visigoda. Otros autores (Jiménez de Gregorio o el Conde de Cedillo) le asignan un origen árabe, y algunos le califican como una obra de inspiración netamente musulmana.
Es sólo con posterioridad a la conquista de Toledo cuando se empiezan a tener noticias positivas sobre el castillo de Montalbán. La más antigua se refiere a la donación de la fortaleza que hace Alfonso el Emperador a la Orden del Temple.
Una vez extinguida la Orden en 1308, el castillo y sus tierras son donadas a don Alfonso Fernández Coronel. Pero, enemistado éste con el monarca sucesor, Pedro I, tiene que entregar la fortaleza al Rey. Pedro I "el Cruel" la entregaría al año siguiente a su propia hija doña Beatriz, que lo era también de su amante doña María de Padilla. Allí dejó el Rey por entonces a ésta al partir para Valladolid a casarse con doña Blanca de Borbón. Y La Puebla volvería a buscar a doña María, dos días tan sólo después de contraído matrimonio con la princesa de Francia.
El episodio más caracterizado de la historia del castillo tuvo lugar en 1420, tras el famoso "atraco de Tordesillas", en virtud del cual el joven monarca Juan II fuera hecho prisionero por su primo y cuñado el infante don Enrique de Aragón. Evadido el Rey de Talavera, a donde fuera conducido, en unión de su favorito don Álvaro de Luna y otros caballeros a Montalbán, vinieron a dar los fugitivos, luego de desechar el castillo de Villalba.
El Rey logró refugiarse en la fortaleza, que a la mañana siguiente fue cercada por su primo. Durante 23 días se mantuvo el asedio, al cabo de los cuales don Enrique se vio obligado a levantar el cerco regresando a Talavera. La ayuda que le prestaron durante el asedio los vecinos de La Puebla de Montalbán se vio recompensada por el Rey con la concesión de un mercado semanal.
El castillo pasó a ser propiedad de la joven reina de Castilla, quien lo recibió de su madre, doña Leonor de Castilla. Sin embargo, y contra la voluntad de su esposa, el Rey Juan II hizo donación de él en 1430 a don Álvaro de Luna como premio a la ayuda prestada.
Al ser ajusticiado el privado en 1453, sus bienes pasaron a su viuda, doña Juana de Pimentel, siendo administrados por su hijo don Juan de Luna. Pero Enrique IV, temiendo la relación de éste con el rey de Aragón, ordenó encarcelarle, despojándole de villas y fortalezas.
Doña Juana se encerró entonces en el castillo de Montalbán, que padeció un nuevo asedio, esta vez por las tropas reales, hasta que el monarca dispuso su levantamiento.
Doña Juana fue despojada, no obstante, de la posesión de la fortaleza, que don Enrique entregó entonces a su consejero don Juan Pacheco, uno de los instigadores de los anteriores sucesos. En posesión del castillo siguieron los Téllez-Girón y Pacheco y luego los duques de Frías y Uceda.
Excursión de Primavera VII
Después de haber sido incautado a causa de la desamortización de Mendizábal, volvieron de nuevo los frailes al convento el 20 de Julio de 1878 instalando en él un Colegio de Misioneros Franciscanos de la provincia de San Gregorio Magno de Filipinas. En 1879 se conseguía por una Real Orden la validez académica de los estudios que se cursasen en este colegio.
Tiene características acentuadamente renacentistas y barrocas.
Su construcción es de ladrillo, formando dos cuerpos: uno más elevado y rematado por hermoso cimborrio destinado a iglesia, y otro, a convento propiamente dicho. Este último consta de tres plantas, levantadas en torno a un patio cuadrado, que ilumina el claustro, y posee arcos fajonados rebajados que, junto a los de medio punto, sujetan bóvedas de arista.
Se compone de iglesia, claustro, con sus dependencias monacales y zona de huerto.
El convento está levantado sobre un zócalo de piedra granítica a base de grandes volúmenes, con sillares calizos y graníticos en las esquinas. La iglesia es el edificio más emblemático del conjunto monástico. La fachada norte tiene una puerta adintelada de piedra berroqueña con acceso a la iglesia de planta de cruz latina y ábside semicircular al frente, además de numerosas gárgolas. El interior del templo recuerda mucho al del Monasterio de El Escorial, sobre todo en el retablo, en el que destaca una imagen de la Virgen María ricamente estofada y algunos lienzos. En las pechinas se observan escudos y capeles cardenalicios. La nave se cubre con bóveda de cañón en su primer tramo y último con decoración de casetones, al igual que en el crucero; el resto de la nave se cobre con bóveda de arista sobre lunetos, con ventanas de medio punto geminadas y óculo. A cada lado de la nave se abre un gran arco de medio punto, formando senda pequeñas capillas, de poca profundidad, entre los contrafuertes.
El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas decorada con doble moldura y rematada con linterna. En cambio, el presbiterio se cubre con bóveda de horno acasetonada.
Separado de la nave por dos hermosas rejas, se encuentra el coro de las religiosas, y debajo del mismo el cementerio de la comunidad.
Exteriormente, la rotundidad del edificio se hace patente por la fuerza y protagonismo que adquieren los contrafuertes y el predominio del macizo sobre el vano. El claustro, elemento distribuidor del monasterio, tiene forma cuadrangular y consta de dos alturas con arquería.
El estilo del conjunto es plateresco de influjo italiano.
Excursión de Primavera VI
Fue construida en el punto más alto del casco urbano por el maestro Cristóbal Ortiz, que comenzó su obra de sillería y ladrillo hacia el año 1575.
La planta es cuadrada de cuatro cuerpos sobrepuestos, con tejado a cuatro aguas. Sobre un basamento de piedra sillar asienta el primer cuerpo, que es de mampostería, ladrillo y sillería, con sillares de esquina almohadillados.
En la fachada oeste hay un esbelto arco de medio punto, hoy ciego, también de almohadillada sillería, bajo el cual se dejó una mezquina puerta de ingreso sin carácter alguno. Los tres siguientes cuerpos son de ladrillo. Las fachadas del segundo y del tercero muestran sendos cuerpecillos arquitectónicos compuestos de pilastras y frontón, y los del cuarto, sendos arcos semicirculares El primero de mampostería y ladrillo con sillares almohadillados en esquina
La altura de la torre, desde la base hasta el vértice de la cubierta es de 32 metros. El cuadrilátero de la base tiene 7,60 metros de lado y el espesor de los muros es decreciente: desde los 1,50 metros del primer cuerpo hasta los 1,16 metros del tercero y último.
Excursión de Primavera V
Se reconstruyó totalmente en la segunda mitad del siglo XVI, en dos fases, interviniendo en la obra dos arquitectos bien distintos: Hernán González de Lara y Nicolás de Vergara. Debió de existir hasta mediados del siglo XVI un templo gótico cuya parte más reciente sería la cabecera levantada a finales del siglo XV.
El maestro Cristóbal Ortiz tuvo una intervención muy importante en la obra de la iglesia, sobre todo en la realización de la media naranja, testero y sacristía de la misma.
La obra de la parroquia actual comenzó por el cuerpo de la iglesia en 1563, y estuvo a cargo de González de Lara. La nueva capilla fue bendecida por el obispo de Salona en 1592. Las obras se dieron por terminadas en 1593.
Se trata del tempo más grande de la villa, dispuesto en forma de cruz latina con una nave central y dos laterales. La nave central destaca por su rico artesonado mudéjar y cinco arcos de piedra a cada lado sostenidos por columnas, también de piedra. En el altar mayor se venera la imagen de Nuestra Señora de la Paz, efigie de talla, pintada y estofada, de 90 cm. de altura y de procedencia germano-holandesa, del siglo XV. La portada de la iglesia es de piedra, con arcos y arquivoltas de medio punto, enmarcados entre dos columnas rematadas por pináculos y una cruz en el centro. Asimismo, en la fachada hay una hornacina con la imagen de la Virgen de la Paz, dos escudos a los lados, posiblemente picados, un óculo en la parte central, un reloj en la parte superior, y como remate, una bella espadaña con dos campanas.
Excursión de Primavera IV
Edificio de planta cuadrada y tres alturas. La fachada principal se encuentra en la Plaza Mayor con portada plateresca de puerta adintelada, con jambas de piedra rematada con canes que sujetan un ancho dintel. Está rematada con el escudo de los señores de Montalbán. Los balcones que la adornan son rectangulares, de forja, y típicos de las casas señoriales castellanas.
En el interior hay tres magníficos artesonados de pino: uno mudéjar, otro gótico y un tercero plateresco.
El palacio se construyó en el siglo XV por el maestre de Santiago D. Juan Pacheco. Lo hermoseó su descendiente D. Alonso Téllez Girón a principios del siglo XVI.
Excursión de Primavera III
La Plaza Mayor o sencillamente "la plaza" como todo el mundo la conoce y como además está registrada en el libro de matrícula parroquial del año 1768, tiene traza trapezoidal irregular. No se construyó como tal, sino que se llegó a ella a través de un procedimiento constructivo que la fue configurando como está ahora. De ello son testigos los diferentes estilos que se han ido imprimiendo en sus portadas y balcones.
En la fachada norte tiene unos soportales con columnas de granito, desiguales, balcones corridos y una gran portada de acceso al que fuera en otros tiempos Mesón Grande de la Plaza, el mismo mesón que conoció Fernando de Rojas y el que perpetuó en "La Celestina".
En la fachada oeste se encuentra el edificio del Ayuntamiento, formando ángulo con el edificio del antiguo mesón. A la entrada de la casa consistorial, a uno y otro lado, hay sendas lápidas dedicadas, una a Fernando de Rojas, y otra, al protomédico de Felipe II, Francisco Hernández.
La fachada sur está ocupada en su totalidad por el palacio de los Duques de Osuna y condes de La Puebla de Montalbán.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Paz ocupa la fachada oeste y está unida al palacio por un corredor, sustentado por dos hermosos arcos.
Pavimentada con tipología castellana de cantos rodados y losas de granito en 1982, es una de las mejores plazas de la provincia, en la que se conservan edificios típicos del siglo XV y XVI.
Se accede a la misma por dos calles, un túnel y dos arcos de bella factura pertenecientes al palacio.
Excursión de Primavera II
La Puebla de Montalbán
La Puebla de Montalbán posee uno de los conjuntos monumentales más señeros del siglo XVI español. Además en sus alrededores cuenta con enclaves históricos de excepcional interés para la Historia de España como son el Castillo de Montalbán y Ntra Sra de Melque. Además esta población cuenta con algunos parajes naturales de excepcional valor ecológico en las vegas de dos principales ríos (el Río Tajo y el Río Torcón) entre los que destacan el embalse de Castrejón, y el Puente Ruidero en el Río Torcón y el puente de Gramosilla.
La localidad de la Puebla de Montalbán cuenta con un interesante conjunto monumental centrado en torno a su plaza porticada. El palacio renacentista, su iglesia parroquial, la Torre de San Miguel son algunos de los espacios más emblemáticos de esta localidad en la que nació Fernando de Rojas, autor de La Celestina.
sábado, 24 de enero de 2009
ZURDOS ( 4 )
Excursión de Primavera: La Puebla de Montalbán, Melque y el Castillo de Montalbán
viernes, 23 de enero de 2009
ZURDOS ( 3 )
jueves, 22 de enero de 2009
ZURDOS ( 2 )
A fines del siglo XIX, el historiador inglés y zurdo Thomas Carlyle había propuesto una teoría extravagante que explica porqué el número de diestros es tan superior al de zurdos, dice que como el corazón está en el lado izquierdo, en la antigüedad, un escudo tendría que estar en la mano izquierda para protegerlo y por lo tanto cualquier arma tuvo que ser sostenida en la derecha, que se convirtió con el tiempo en la mano dominante.
Los zurdos eran presa favorita para los inquisidores pues consideraban que tenían antecedentes de brujos o demoníacos, y muchos fueron quemados durante la Edad Media. ( ME CACHIS )
miércoles, 21 de enero de 2009
VIVA LOS ZURDOS ( POR CIERTO, YO LO SOY, JAJAJAJJAJAJA )
Los zurdos no tienen nada fácil en un mundo en el que todo está pensado y hecho para la mayoría diestra. Quienes tienen su mayor habilidad en la mano derecha no se topan con la misma cantidad de obstáculos que, a diario, deben superar los que operan mejor con su mano izquierda. Los zurdos, muchas veces, deben luchar contra las barreras que la sociedad les impone. Pero no solamente tienen dificultades físicas, sino que, además, son considerados como verdaderos “fenómenos”, casi como bichos raros que todo lo hacen al revés y de la manera más difícil.
En la casi totalidad de los idiomas derecho o diestro es sinónimo de correcto, justo, recto, hábil, listo, es decir, cualidades positivas. De izquierdo o siniestro no se puede decir lo mismo, ya que en los diccionarios significa también torcido, no recto, viciado, infeliz y hasta funesto.
Si alguna vez un zurdo, de los que tienen la suerte de seguir siéndolo, nos llama la atención por su torpeza se debe, sin duda, a que los elementos están contra ellos: las tijeras, los abrelatas, los pela papas, las máquinas de coser, las herramientas, los cuchillos, etc...Afortunadamente en la actualidad estos problemas van disminuyendo debido a una mayor conciencia social sobre el desarrollo de las minorías. Hoy existen productos especiales y gran cantidad de literatura e información sobre la naturaleza de los zurdos. Incluso, grandes mitos se han propagado sobre las habilidades intelectuales y creativas de los que dominan más su lado izquierdo.
El hemisferio cerebral izquierdo (CONTROL lado DERECHO) controla el discurso, lengua, escritura, lógica, matemáticas, ciencia; aquí ésta el modo de pensamiento lineal. El hemisferio cerebral derecho (CONTROL de la MANO IZQUIERDA) controla la música, arte, creatividad, opinión, emociones, genio; aquí está el modo de pensamiento holístico.
Esta dominación del cerebro hace a los zurdos ser pensadores probablemente más creativos y visuales que a los diestros. Esto es apoyado por un mayor porcentaje de lo normal de zurdos en trabajos y profesiones como la música y las artes en general.Los zurdos también son, generalmente, mejores en la percepción y el pensamiento tridimensional, generando, por ejemplo, a más arquitectos zurdos de lo normal. Los zurdos son también bastante buenos en la mayoría de los deportes de pelota por una mayor coordinación entre mano y ojo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Lefthandersday.jpg
( CONTINUARA )
martes, 20 de enero de 2009
EL DÚO DE LA AFRICANA (hasta el 15 de febrero)
Comparaciones
Entre la zarzuela y la ópera existen diferencias. La zarzuela es típicamente española. Ha conseguido resistir la influencia operística italiana y vienesa. La ópera es totalmente cantada, mientras que en la zarzuela se alternan escenas cantadas con pasajes hablados.
Pero, la causa que impidió a la zarzuela traspasar fronteras fueron los temas locales y el folklore popular.
Así mismo, la zarzuela asimila cantos y danzas populares que el pueblo asimila como suyo; la zarzuela tiene caracter popular, es asequible a toda condición social, esto ha provocado el desprecio de muchos.
El jardín de Falerina (1648), La fiera, el rayo y la piedra (1652), Fortunas de Andrómeda y Perseo (1653), El golfo de las Sirenas y El laurel de Apolo, todas de Pedro Calderón de la Barca, son consideradas las primeras zarzuelas. Los temas de estas primeras zarzuelas son mitológicos. El golfo de las Sirenas, estrenada en 1657 en el Palacio de la Zarzuela, está basada en dos episodios de La Odisea de Homero. El laurel de Apolo, estrenada el 4 de marzo de 1658 para celebrar el nacimiento del príncipe heredero Felipe Próspero y La púrpura de la rosa, también de Calderon y estrenada en el coliseo del Buen Retiro, el 17 de enero de 1660, están basados en fábulas de Ovidio de su obra Metamorfósis.
El Gato Negro VIII
-Caballeros-dije, por fin, cuando el grupo subía la escalera-, me alegro de haber disipado sus sospechas. Les deseo a todos felicidad, y un poco más de cortesía. Por cierto, caballeros, esta es una casa bien construida- en mi rabioso deseo de decir algo con naturalidad no me daba completa cuenta de mis palabras- me permito decir que es una casa de excelente construcción. Estas paredes (¿ya se marchan ustedes, caballeros?), estas paredes son de gran solidez- y entonces, empujado por el puro frenesí de mis bravatas, golpeé pesadamente con el bastón que llevaba en la mano sobre esa misma parte de la pared de ladrillo detrás de la cual se hallaba el cadáver de la esposa de mi alma.
¡Qué Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonio! Apenas se había silenciado la repercusión de mis golpes, cuando ¡una voz me contestó desde dentro de la tumba! Un quejido, al principio ahogado y entrecortado como el sollozar de un niño, que luego creció rápidamente hasta transformarse en un largo, fuerte y continuo grito, totalmente anómalo e inhumano, un aullido, un quejumbroso alarido, mezcla de horror y triunfo, como sólo pudiera surgir en el infierno, al unísono, de la garganta de los condenados en su agonía y de los demonios gozosos en la condenación.
Hablar de mis propios pensamientos de entonces es un disparate. Desmayándome, di unos tambaleantes pasos hacia la pared de enfrente. Por un instante el grupo de hombres, en la escalera, quedó inmóvil, preso de un extremo y espantoso terror. Al momento, una docena de fuertes brazos trabajaban en la pared. Cayó de una pieza. El cadáver, ya muy corrompido y cubierto de sangre coagulada, apareció erguido ante los ojos de los espectadores. Sobre su cabeza, con la roja boca abierta y el solitario ojo como de fuego, estaba agazapada la horrible bestia cuya astucia me había inducido al asesinato y cuya voz delatora me entregaba ahora al verdugo. ¡Había emparedado al monstruo en la tumba!
FIN
Edgar Allan Poe
El Gato Negro VII
Para un propósito semejante el sótano era idóneo. Las paredes no habían sido sólidamente construidas y se le había aplicado una capa de yeso basto, que la humedad del ambiente no había dejado endurecer. Además, en una de las paredes había un saliente, motivado por una falsa chimenea, que se había rellenado de forma que se pareciera al resto del sótano. No tenía dudas de que fácilmente podía quitar los ladrillos de esa parte, introducir el cadáver y taparlo todo como antes, de manera que ninguna mirada pudiera descubrir nada sospechoso.
Y mis cálculos no me desilusionaron. Con una palanca saqué fácilmente los ladrillos, y después de colocar con cuidado el cuerpo contra la pared interior, lo apuntalé en esa posición y casi sin dificultad volví a colocar los ladrillos en la forma original. Después de procurarme argamasa, arena y cerda, preparé con la mayor precaución posible un yeso que no se podía distinguir del antiguo, y revoqué cuidadosamente, de nuevo, el enladrillado. Cuando acabé, me sentí satisfecho de que todo hubiera quedado bien. La pared no mostraba la menor señal haber sido alterada. Recogí del suelo los desechos con el más minucioso de los cuidados. Triunfante, miré alrededor y me dije: "Aquí, por lo menos, no he trabajado en vano."
Mi paso siguiente consistió en buscar a la bestia que había sido la causa de tanta desdicha; porque al fin me sentí resuelto a matarla. Si hubiera podido encontrar el gato en ese momento, su destino habría quedado para siempre sellado; pero, por lo visto, el astuto animal, alarmado por la violencia de mi anterior acceso de cólera, se negaba a presentarse mientras yo siguiera de mal humor. Es imposible describir, ni imaginar, el profundo y dichoso sentimiento de alivio que la ausencia del odiado animal trajo a mi pecho. No apareció aquella noche, y así al menos durante la noche, por primera vez desde su llegada a la casa, pude dormir profunda y tranquilamente; ¡sí, pude dormir, incluso con el peso del asesinato sobre mi alma!
Pasaron el segundo y el tercer día, y aún no volvía mi atormentador. Una vez más respiraba como un hombre libre ¡El monstruo aterrorizado había huido del lugar para siempre! ¡No volvería a verlo jamás! ¡Mi felicidad era suprema! La culpa de mi negro acto me molestaba poco. Se habían hecho algunas indagaciones, pero éstas hallaron respuesta sin dificultad. Incluso habían registrado mi casa, pero por supuesto, no se descubrió nada. Yo consideraba asegurada mi felicidad futura.
(Continuará)
El Gato Negro VI
Y entonces sentía de veras sobre mí una desgracia mayor que la simple desgracia humana. ¡Y pensar que una bestia, cuyo semejante yo había destruido desdeñosamente, una bestia podía obrar sobre mí, sobre mí, un hombre creado a imagen y semejanza de Dios, tanta insufrible miseria! ¡Ay, ni de día ni de noche conocía ya la bendición del descanso! De día el animal no me dejaba en paz ni un momento, y de noche despertaba yo sobresaltado por sueños de indescriptible terror para sentir el ardiente aliento de aquella cosa en mi cara y su enorme peso -carnada pesadilla que no tenía yo el poder de quitarme de encima- descansando eternamente sobre mi corazón.
Bajo la opresión de tormentos como éstos, sucumbió en mí el débil vestigio del bien. Ya mis únicos acompañantes íntimos eran pensamientos malvados, los más oscuros y los más malignos pensamientos. El mal humor de mi disposición habitual creció hasta convertirse en un odio a todas las cosas y a toda la humanidad; y mi mujer, que de nada se quejaba, era la más habitual y más paciente víctima de las repentinas, frecuentes e incontrolables explosiones de furia a que me abandonaba entonces ciegamente.
Un día ella me acompañó, cuando iba a algún quehacer doméstico, al sótano de la vieja casa donde nuestra pobreza nos obliga a vivir. El gato me siguió mientras bajaba la empinada escalera y casi me hizo caer cabeza abajo, lo cual me exasperó hasta la locura. Alzando un hacha y olvidando, en mi rabia, el temor infantil que hasta entonces había detenido mi mano, lancé un golpe que hubiera causado la muerte instantánea al animal, de haber caído como deseaba. Pero la mano de mi mujer detuvo el golpe. Provocado por su intervención, estalló en mí una rabia más que demoníaca; logré soltar mi brazo de su mano y le hundí el hacha en la cabeza. Cayó muerta a mis pies, sin un quejido...
(Continuará)
El Gato Negro V
Cuando lo toqué, se levantó enseguida, empezó a ronronear con fuerza, se restregó contra mi mano y pareció encantado de mis atenciones. Este era, pues, el animal que andaba buscando. Inmediatamente propuse comprárselo al tabernero, pero esa persona me dijo que no era dueño, que no sabía nada del gato, y que nunca antes lo había visto.
Seguí acariciando el gato y, cuando me levanté para marcharme a casa, el animal se mostró dispuesto a acompañarme. Le permití que lo hiciera, y a ratos me inclinaba y lo acariciaba mientras venía a mi lado. Cuando estuvo en casa se acostumbró enseguida y pronto llegó a ser el gran favorito de mi mujer.
Por mi parte, enseguida descubrí que surgía de mí una antipatía hacia el animal. Era exactamente lo contrario de lo que yo había esperado, pero sin que sepa cómo ni porqué ocurría, su evidente afecto por mí me disgustaba y me irritaba. Lentamente tales sentimientos de disgusto y molestia se transformaron en la amargura del odio. Evitaba encontrarme con el animal; una cierta vergüenza y el recuerdo de mi acto de crueldad me prohibían abusar de él físicamente. Durante algunas semanas no le pegué ni lo maltraté con violencia; pero gradualmente, muy gradualmente, llegué a sentir una inexpresable repugnancia por él y a huir en silencio de su odiosa presencia, como si escapara de la emanación de la peste.
Lo que, sin duda, aumentaba mi odio hacia el animal fue el descubrimiento, a la mañana siguiente de haberlo traído a casa, de que aquel gato, igual que Pluto, había perdido uno de sus ojos. Sin embargo, precisamente esta circunstancia lo hizo más querido de mi mujer, quien, como ya he dicho, poseía en alto grado esos sentimientos humanitarios que una vez habían sido el rasgo distintivo de mi temperamento y la fuente de muchos de mis más simples y puros placeres.
Con mi aversión hacia el gato, su cariño por mí parecía a la vez aumentar. Seguía mis pasos con una pertinacia que me sería difícil hacer comprender al lector. Dondequiera que me sentara venía a agazaparse bajo mi silla o saltaba a mis rodillas, cubriéndome con sus repugnantes caricias. Si me levantaba a pasear, se metía entre mis pies, y así, casi, me hacía caer, o clavaba sus largas y afiladas garras en mi ropa y de esta forma trepaba hasta mi pecho. En aquellos momentos, aunque ansiaba destruirlo de un golpe, me sentía, no obstante, refrenado; en parte por la memoria de mi crimen anterior, pero principalmente -déjenme confesarlo ya- por un terrible temor al animal.
El Gato Negro IV
Al contemplar por primera vez esta aparición -porque apenas podía considerarla otra cosa-, mi asombro y mi terror eran extremos. Pero al fin la reflexión vino en mi ayuda. El gato, como recordé, había quedado ahorcado en el jardín, cerca de la casa. Cuando sonó la alarma del incendio, este jardín fue invadido inmediatamente por la muchedumbre y alguien debía de haber cortado la cuerda y tirado el animal en mi habitación por la ventana abierta. Seguramente lo había hecho con la intención de despertarme. La caída de las otras paredes habían empotrado a la víctima de mi crueldad en la masa de yeso recién aplicada, cuya cal, junto con las llamas y el amoniaco desprendido del cadáver, había producido entonces la imagen tal y como yo la vi.
Aunque así, fácilmente, estas explicaciones calmaron mi razón, si no enteramente mi conciencia, sobre el asombroso hecho que acabo de describir, lo ocurrido no dejó de impresionar profundamente mi imaginación. Durante meses no pude librarme del fantasma del gato y en todo este periodo mi espíritu experimentó un vago sentimiento que recordaba, sin serlo, el remordimiento. Llegué incluso a lamentar la pérdida del gato y a buscar en los envilecidos lugares que habitualmente frecuentaba otro animal de la misma especie y de una apariencia semejante, que pudiera ocupar su lugar.
El Gato Negro III
La noche del día en que cometí ese acto cruel me despertaron gritos de "¡Fuego!". Las cortinas de mi casa estaban en llamas. La casa entera ardía. Con gran dificultad pudimos escapar del incendio mi mujer, un sirviente y yo. Todo quedó destruido. Mis bienes terrenales se perdieron y, desde entonces, me resigné a la desesperación.
El Gato Negro II
Nuestra amistad duró, así, varios años, en el transcurso de los cuales mi temperamento y mi carácter, por medio del demonio Intemperancia (y enrojezco al confesarlo), habían empeorado radicalmente. Día a día me fui volviendo más irritable, malhumorado e indiferente hacia los sentimientos ajenos. Me permitía usar palabras duras con mi mujer. Por fin, incluso llegué a infligirle violencias personales. Mis animales, por supuesto, sintieron también el cambio de mi carácter. No sólo los descuidaba, sino que llegué a hacerles daño. Hacia Pluto, sin embargo, aún sentía el suficiente respeto como para abstenerme de maltratarlo, como hacía, sin escrúpulos, con los conejos, el mono, y hasta el perro, cuando por accidente, o por afecto, se cruzaban en mi camino. Pero mi enfermedad empeoraba- pues ¿qué enfermedad es comparable con el alcohol?-, y al fin incluso Pluto, que entonces envejecía y, en consecuencia se ponía irritable, incluso Pluto empezó a sufrir los efectos de mi mal humor.
Una noche, al regresar a casa, muy embriagado, de uno de mis lugares predilectos del centro de la ciudad, me imaginé que el gato evitaba mi presencia. Lo agarré y, asustado por mi violencia, me mordió levemente en la mano. Al instante se apoderó de mí la furia de un demonio. Ya no me reconocía a mi mismo. Mi alma original pareció volar de pronto de mi cuerpo; y una malevolencia, más que diabólica, alimentada por la ginebra, estremeció cada fibra de mi ser. Saqué del bolsillo del chaleco un cortaplumas, lo abrí, sujeté a la pobre bestia por la garganta y ¡deliberadamente le saqué un ojo! Siento vergüenza, me abraso, tiemblo mientras escribo de aquella condenable atrocidad.
Cuando con la mañana mi razón retornó, cuando con el sueño se habían pasado los vapores de la orgía nocturna, experimenté un sentimiento de horror mezclado con remordimiento ante el crimen del que era culpable, pero sólo era un sentimiento débil y equívoco, y no llegó a tocar mi alma. Otra vez me hundí en los excesos y pronto ahogué en vino todo recuerdo del acto.
lunes, 19 de enero de 2009
El Gato Negro I
No espero ni pido que nadie crea el extravagante pero sencillo relato que me dispongo a escribir. Loco estaría, de veras, si lo esperase, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Sin embargo, no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana moriré, y hoy quiero aliviar mi alma. Mi propósito inmediato es presentar al mundo, clara, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de estos episodios me han aterrorizado, me han torturado, me han destruido. Sin embargo, no trataré de interpretarlos. Para mí han significado poco, salvo el horror, a muchos les parecerán más barrocos que terribles. En el futuro, tal vez aparezca alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes, una inteligencia más tranquila, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver en las circunstancias, que detallo con temor, sólo una sucesión ordinaria de causas y efectos muy naturales.
Desde la infancia me distinguía por la docilidad y humanidad de mi carácter. La ternura de mi corazón era incluso tan evidente, que me convertía en objeto de burla para mis compañeros. Sobre todo, sentía un gran afecto por los animales, y mis padres me permitían tener una gran variedad. Pasaba la mayor parte de mi tiempo con ellos y nunca me sentía tan feliz como cuando les daba de comer y los acariciaba. Este rasgo de mi carácter crecía conmigo y, cuando ya era hombre, me proporcionaba una de mis principales fuentes de placer. Aquellos que han sentido afecto por un perro fiel y sagaz no necesitan que me moleste en explicarles la naturaleza ni la intensidad de la satisfacción así recibida. Hay algo en el generoso y abnegado amor de un animal que llega directamente al corazón de aquel que con frecuencia ha probado la mezquina amistad y frágil fidelidad del hombre.
Me casé joven y tuve la alegría de descubrir que mi mujer tenía un carácter no incompatible con el mío. Al observar mi preferencia por los animales domésticos, ella no perdía oportunidad de conseguir los más agradables de entre ellos. Teníamos pajaritos, peces de colores, un hermoso pero, conejos, un mono pequeño y un gato.
Este último era un hermoso animal, notablemente grande, completamente negro y de una sagacidad asombrosa. Al referirse a su inteligencia, mi mujer, que en el fondo era un poco supersticiosa, aludía con frecuencia a la antigua creencia popular de que todos los gatos negros eran brujas disfrazadas. No quiero decir que lo creyera en serio, y sólo menciono el asunto porque lo he recordado ahora por casualidad.
(Continuará...)
Bicenteario del nacimiento de Edgar Allan Poe
Para celebrar este año su bicentenario, os propongo leer uno de sus relatos cortos titulado "El gato negro". Espero que os guste.
LIBRETOS DE ZARZUELA ( 1 )
Pero ¿qué es el libreto? Podemos decir de una forma simple y clara, que se trata de un grupo de conceptos tales como: la idea, el argumento, el hilo conductor, el diálogo, la versificación… y todo ello no solo en la parte declamativa sino también en la cantada. ¿Qué sería del enfrentamiento ente Felipe y Mari Pepa en La revoltosa, sin su texto? ¿Qué sería de la entrada de Juan, en Los gavilanes? ¿Cómo sería el "madrileña bonita" de La del manojo de rosas, sin su letra? ¿ Qué sería del dúo de Fernando y Francisquita del segundo acto o de la romanza de Fernando "por el humo..." de Doña Francisquita? ¿O de la romanza de Vidal de Luisa Fernanda? ¿ O de la romanza de Rafael de La Dolorosa?....
El libreto ylos libretistasen la zarzuelaPedro Gomez Manzanares
Tal como se define en diversos diccionarios, la zarzuela es "una obra teatral en la que alternativamente de declama y se canta". Sobre estos dos grandes pilares se apoyan los actores, músicos, cantantes, coro, bailarines, decorados, iluminación… y todos juntos conforman este gran "espectáculo de zarzuela", denominación con la que se empezó a conocer este tipo de teatro lírico en la segunda mitad del siglo XVII.Es, por tanto, un compendio de muchos factores pero que se soportan en dos grandes conceptos: texto y música.
Miguel Echegaray EizaguirreUn análisis sobre el peso relativo y la importancia de uno frente al otro, nos llevaría a largas discusiones, sin llegar seguramente a un resultado contundente. Son muchos los que piensan que es preponderante la música frente al texto y menos los que opinan al contrario. Es conveniente que cada cual tenga su propio criterio al respecto y esperamos que una vez leído este artículo, tengamos algo mas de información que nos permita clarificar nuestras ideas.Dejaremos planteadas y en el aire unas preguntas, que nos hagan recapacitar y pensar sobre este tema:¿Es más fácil recordar una melodía o un texto? ¿Es más fácil reflejar un estado de ánimo o un sentimiento a través de la música o del texto? ¿Somos conscientes del texto correspondiente a las melodías? ¿Quiénes fueron aquellos libretistas que acompañaron y deleitaron a nuestros antepasados? Estas y otras preguntas, quedarán en el aire y servirán de punto de reflexión sobre el temaPero ¿qué es el libreto? Podemos decir de una forma simple y clara, que se trata de un grupo de conceptos tales como: la idea, el argumento, el hilo conductor, el diálogo, la versificación… y todo ello no solo en la parte declamativa sino también en la cantada. ¿Qué sería del enfrentamiento ente Felipe y Mari Pepa en La revoltosa, sin su texto? ¿Qué sería de la entrada de Juan, en Los gavilanes? ¿Cómo sería el "madrileña bonita" de La del manojo de rosas, sin su letra? ¿ Qué sería del dúo de Fernando y Francisquita del segundo acto o de la romanza de Fernando "por el humo..." de Doña Francisquita? ¿O de la romanza de Vidal de Luisa Fernanda? ¿ O de la romanza de Rafael de La Dolorosa?....Si observamos el contenido y la ambientación de los libretos a lo largo de los mas de trescientos años de existencia de nuestra zarzuela, sin entrar en grandes detalles, observamos que existe un claro paralelismo con los argumentos que en cada momento dominan en el teatro no musical. Pero también se observa una gran influencia, como no podía ser de otra forma, del ambiente que se vive en esos momentos en el país. En los albores del género zarzuelístico, segunda mitad del siglo XVII, los argumentos reflejan problemas humanos trasladados al campo mitológico. En el siglo XVIII, de la mano de los sainetes y tonadillas, se representan escenas populares directamente transportados al escenario.El libreto evoluciona a mediados del siglo siguiente para recordarnos temas cortesanos, en los que los personajes del pueblo alternan con los de la corte. En el último cuarto del siglo XIX, con la aparición del género chico (recordemos que es chico por su duración y no por su contenido), se extraen del pueblo sus escenas habituales, se las adereza de diálogos chispeantes, vivos, a los que se añaden nuevos palabras, que posteriormente se impregnan en el habla popular. Por último, a lo largo del siglo XX y con la reaparición de la zarzuela grande, los libretos están fundamentados en temas mas serios, profundos y dramáticos.
ZARZUELA
http://es.youtube.com/watch?v=rJBt_ylJHlE
FELIZ AÑO TAMBIEN PARA TODOS VOSOTROS
domingo, 18 de enero de 2009
La Tristeza y la Furia
Vacas "urbanas" en Madrid ¿Te vienes a buscarlas?
Más de un centenar de vacas están dispersas por Madrid. En el mapa se pueden ver algunos de los sitios donde estarán expuestas.
Esta exposición al aire libre también llamada "Cow Parade", empezó en Zurich hace 10 años y llega ahora a Madrid hasta el 16 de abril. Los pintores que han decorado estas vacas son, tanto artistas reconocidos como ciudadanos anónimos. Tras su exposición, las que se consideren los mejores ejemplares serán subastadas y el dinero irá a parar a Fundaciones y otras Asociaciones.
¿Os apetece seguir el rastro de esta peculiar manada por Madrid? A ver si somos capaces de verlas todas.....
sábado, 17 de enero de 2009
El Museo del Prado a tu alcance
SAN ANTON
Antaño era costumbre que los niños y los no tan niños cantaran canciones típicas de esta festividad mientras jugaban a la rueda alrededor de la hoguera. A modo de ejemplo se incluye la siguiente letra:
San Antón mató un marrano
y no me dio las morcillas
quien le diera a San Antóncon
un palo en las costillas
FELICIDAD
He buscado en mil lugares perdidos, intentando hayar palabras delicadas y adornadas para poderoslas traer a todos vosotros. Pero, por más que busco, por más que trato de encontrar, ninguna me llena tanto de orgullo como cuando oigo el grito de la ¡FELICIDAD!
Ese dulce canto que diferencia en sobre manera al ser humano, hermana del amor, a veces consecuencia de él y otras llave que abre sus puertas. Sea cómo fuere, la felicidad no es más que una sensación, el sello perpetuo de un sentimiento que nos hace mejores personas y capaces de transmitir amor en la mirada, la sonrisa y en todas aquellas armas que el amor le entrega a la felicidad.
Yo os la traigo en una simple y hermosa fotografía encontrada por internet. Mostrando el dibujo de la alegría eterna en un hermoso rostro cansado, así de natural cómo la vida misma viene y nos la dá, nos la entrega.
Desde aquí, desde el lugar que se me ha permitido y se me permite defender e iluminar en este blog, os envio mis más sinceros deseos de felicidad para este nuevo año que entra en nuestras casas y en nuestras vidas.
Aprendamos a amar y aprenderemos a vivir, aprendamos a vivir y veremos un mundo feliz... Vuestro amigo Ladrón de palabras.
FELIZ AÑO NUEVO A TODOS LOS AMIGOS/AS DE ESTE BLOG