miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sólo de ti depende

El médico te informó el resultado final de los estudios y te dio el diagnóstico. Todo lo que temiste se ha confirmado.
Te sacaron sangre, y la analizaron. Dio positivo, el médico te explicó que a veces por diferentes causas hay "falsos positivos", por eso volvieron a hacer otra prueba. Esta vez el resultado fue el mismo. Entonces hicieron un tercer examen, con otro tipo de estudio que dio la confirmación definitiva.
Ahora por tu mente pasan muchas cosas, se confunden ansiedades, inquietudes, angustia, miedos y un sin fin de preguntas y sensaciones que tal vez jamás experimentaste.
Y ahora ¿qué?
¿Tengo SIDA?
Esa es la primera de las preguntas que nos hemos hecho. Por eso te explicamos que es VIH y que es SIDA. 
 
¿Qué es el VIH?
Esta sigla significa: Virus de Inmunodeficiencia Humana. Es común oír hablar del HIV, que es la sigla en inglés de esta enfermedad, nosotros tratamos de usar la que corresponde a nuestra lengua (se refiere a lo mismo).
Normalmente, en un período de ocho a doce semanas (en algunos casos puede pasar algo más de tiempo) después de la exposición y contagio del virus el cuerpo comienza a crear anticuerpos, es decir, trata de defenderse y rechazar a este agresor. A esto se llama período de seroconversión.
De seronegativa la persona se convierte en seropositiva al VIH. Al espacio de tiempo entre el contagio y las positividad de las reacciones del cuerpo se lo conoce como el período de "ventana".
Una persona recibe el diagnóstico del VIH positivo cuando se le detectan anticuerpos al VIH mediante varias pruebas de laboratorio, que se repiten para confirmar el diagnóstico.
Esto ya lo conoces, pues de seguro te hicieron por lo menos dos pruebas, por el método de Elisa, y un estudio llamado Western Blot.
 
¿Qué pasa cuando sos VIH positivo?
Desde el principio la actividad del virus es intensa y comienza a multiplicarse, este proceso se conoce como replicación.
Y a medida que se replica, el VIH ataca sobre todo a los linfocitos T4 (una de las células que representan un papel importante en el sistema de defensas), aunque también puede atacar otros tipos de células. Poco a poco, y progresivamente, va incapacitando el sistema de defensas hasta que nos deja expuestos a muchas enfermedades. Normalmente, el sistema inmunológico o de defensa las rechazaría, pero al no tener los elementos o fuerzas suficientes estas enfermedades e infecciones pueden llegar a dañar seriamente el organismo y llevarnos a la muerte.
Como mencionamos el avance es progresivo así que, durante un tiempo que puede prolongarse por años, el VIH sigue actuando sin que la persona se sienta afectada, note algún síntoma serio o se enferme de algún mal serio. Durante este tiempo aparentemente está físicamente sana, o lo que se conoce como asintomática.
El período puede alargarse en la medida en que el diagnóstico y el tratamiento médico se realicen de manera precoz. Y por supuesto depende del buen cuidado que la persona ejerza con su salud física y mental.
También hay factores como la fortaleza del cuerpo, predisposición, conductas alimenticias, de ejercicio. Se conocen casos de personas que están infectadas desde hace unos 15 años y aún son asintomáticas.
 
¿Qué es el SIDA?
Esta sigla significa: Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (AIDS en inglés). Cuando la infección por el VIH ha debilitado tanto el sistema de defensas y la resistencia del organismo (esto se conoce como inmunodepresión), la persona suele tener complicación tras complicación.
Al aparecer síntomas clínicos y enfermedades oportunistas (son oportunistas porque se aprovechan de que las defensas están bajas para atacar) la persona comienza a estar enferma de SIDA.
Las enfermedades más comunes son CMV, Sarcoma de Kaposi, el síndrome del desgaste (adelgazamiento sin motivo), linfopatías, hepatitis, etc. Sumando el efecto de estas enfermedades al desgaste ya producido por la lucha del cuerpo contra la infección que tal vez lleve años se llega un deterioro tal que trae consigo a la muerte.
Esto, como ya mencionamos en línea general, es progresivo, a veces lento, pero inexorable.
En los casos en que la enfermedad SIDA ya está declarada el control es algo más dificultoso, aunque ahora y en algunos casos la nueva medicación está dando resultados favorables.
 
Y ahora ¿qué?
Al recibir el diagnóstico la gran mayoría sientems que el "mundo se nos vino abajo", y que todo se había terminado. Fue en ese momento cuando afloraron sentimientos y emociones negativas imposibles de ser descritas y que solo quienes enfrentaron esa situación saben cómo son.
En esos momentos se hizo muy difícil pensar con claridad. Algunos dicen que se sintieron "aturdidos", o sintieron "como que la mente se quedó en blanco", que "fue como recibir una cachetada", o que pensaron "Dios mío, que va a ser de mis hijas...". Es muy posible que los días vayan pasando y te sigas sintiendo igual. Pero el que hables con especialistas, con otras personas VIH+ y considerar este material puede resultarte útil.
Después del primer momento, en algunos casos de sorpresa, en otros de incredulidad, en que se unen la desconfianza a que el diagnóstico sea correcto con la "seguridad" de una muerte inmediata, muchos dijeron: "Bueno, y ahora ¿qué hago?".
Sabemos que de seguro:
Pasarán muchas cosas negativas por tu mente.
Los primeros días serán los más difíciles de sobrellevar. Te parecerán "oscuros y eternos".
Hay veces en que te será difícil dejar de pensar en esto, sentirás que dentro de tu cabeza las "cosas andan a mil" («cuando me recuesto un rato para descansar, y me quedo mirando el techo, no puedo dejar de pensar»).
Va a ser difícil dejar de pensar en la muerte.
Pero poco a poco, a medida que vayas informándote y conozcas a otros seropositivos, comprenderás que las cosas mejorarán.
Te sugerimos que:
Aceptes que tener miedo es natural.
Aceptes que estás viviendo una situación difícil.
Aceptes que el saber el diagnóstico te hace sentir mal.
No trates de cambiar todas las cosas en tu vida, con eso sólo vas a conseguir nuevas preocupaciones.
Comprendé que:
Vas a tener que hacer algunos cambios en tu vida, pero es mejor hacerlo cuando tengas un panorama claro y solo cuando tengas la seguridad de poder razonar y pensar claramente. Esto te lo brindará la buena información y la guía y ayuda que otros afectados y especialistas en la salud te puedan brindar.
Necesitás aprender sobre la infección por VIH y sobre la vida de otras personas VIH+. Intentamos ayudarte, podemos hacerlo porque estamos a tu lado.
Es fundamental que pongas todo tu esfuerzo, tanto en el cuidado de tu salud física, como la forma de enfrentar mentalmente la seropositividad al VIH. Nosotros ya pasamos por esto, aprendimos y crecimos, teniendo en cuenta estas cosas.
Estos factores básicos y elementales garantizan que tu vida tenga un sentido positivo.
 
¿Qué reacciones emocionales tendré que enfrentar y superar?
Tendrás que saber identificar las diferentes reacciones emocionales y aprender a controlarlas. Así te sentirás mejor. A continuación veremos las más comunes que hemos sobrellevado y por eso te daremos sugerencias útiles para que puedas tolerar esos momentos y superarlos.
La negación
La depresión y el pesar
El duelo
La sensación de falta de control
La ansiedad, el miedo a la discriminación
La necesidad de apartarse de otros y aislarse
El mal humor y la irritación
El sentimiento de culpa
Los problemas con la actitud ante la actividad sexual
La negación
Muchos simplemente hemos rechazado nuestra situación actual y lo expresamos de distintas formas.
A lo mejor sientes algún tipo de alivio si rechazás pensamientos, sentimientos y preocupaciones sobre esta nueva situación en tu vida. Quizás tu intención sea "borrar" de tu mente todo pensamiento referente a la enfermedad. Algunos hasta han sido convencidos por teorías de que el virus no existe y cosas así.
Aprenderas con el tiempo, que hacer eso impide que encuentres un futuro enriquecido. Que negar la realidad solo te perjudica, porque no aceptarla no te va a curar.
Es probable que no quieras creer que esto es cierto. Pensarás o que "alguien se equivocó" o "los análisis se traspapelaron y el resultado es de otra persona", o "que esto no puede ser cierto", o que algún día alguien te va a llamar diciendo "mire, hubo un lamentable error...".
Otros han pensado: "Esto no puede estar pasándome a mí" o "pero si yo me cuidé siempre", o "yo no entiendo, me descuidé con una chica una sola vez y mirá lo que me pasó, y Cacho se droga tanto que a veces ni sabe donde está parado y no tiene nada", o "pero si yo me siento bien, no me duele nada, no tengo los ganglios inflamados, y mirá hasta las heridas se me cicatrizan bien" o "a mi edad, tengo 62, esto no puede ser".
Lo cierto es que todos buscamos explicaciones del "por qué" me pasó esto.
Lo que podemos sugerirte:
·               Buscá informarte sobre el VIH y sobre la vida de otras personas VIH+.
·               Aceptá tu nueva situación. Ya no hay nada que puedas hacer por cambiar el pasado. Y mucho por hacer para enfrentar la enfermedad.
·               Aceptá el diagnóstico y aprendé a enfrentar la situación. Esto hará más llevadera tu situación. Te va a permitir luchar por nuevas metas en tu vida. Recordá que otra actitud solo te daña a vos mismo y a muchas veces a los que te rodean.

La ansiedad, el miedo a la discriminación negativa
A algunos les genera gran ansiedad el que exista la posibilidad que alguien nos "mire raro", nos "descubra" o nos rechace. También el qué dirán.
Es normal que temamos sentirnos rechazados y sentirnos segregados del resto de la sociedad. que temamos sentirnos rechazados y sentirnos segregados del resto de la sociedad.
Es de esperar que sientas:
* Algo de pánico.
* Una ansiedad insoportable.
* Una tensión insoportable, que no te deja pensar.
* Que ya no hay más futuro.
* Que has perdido la esperanza.
* Miedo al rechazo.
* Miedo a que te abandonen.
* Miedo a quedarte solo o sola.
Algunas reflexiones:
Aceptá que estás padeciendo una infección, tenés un virus que puede enfermarte.
Aceptá que en algunas cosas tu vida puede limitarse, pero que vale la pena vivirla.
Aceptá que todos vamos a morir, ser VIH positivo es saberlo de otra manera y que por primera vez te enfrentás a la idea de tu propia muerte.
Reconocé que aún tenés muchas cosas por hacer. La vida sigue y todavía hay mucho por delante.
Identifica que es lo que te provoca más ansiedad y tratá de resolverlo, no huyas de esta situación.
Conversa con otros que conozcan del tema o padezcan de lo mismo. Así vas a ver que tus preocupaciones pueden desaparecer con algo de esfuerzo.
No permitas que los prejuicios sobre la enfermedad te dominen o afecten.
No te evadas.
Piensa en asistir a sesiones de grupos de ayuda ofrecidas por especialistas.
Aprendé alguna técnica de relajación o autocontrol.
El mal humor y la irritación
Como no esperabas estar enfermo, al recibir el diagnóstico y al evaluar lo que éste significa para con tu futuro y toda tu vida, puede que te pongas de mal humor. Contra vos mismo y contra los demás.
Puede que te pongas molesto, agresivo, irritable, ignores recomendaciones médicas y hagas cosas no habituales, irritando, molestando y hasta dañando a otros. A veces a los que más te quieren.
Lo que podemos sugerirte:
Aprendé a pensar en esto solo lo necesario.
Buscá cambiar tus sentimientos y sensaciones negativas en acciones constructivas para vos o para con los que te rodean.
Conversá con otras personas. Los grupos de ayuda son eficaces para esto.
Buscá hablar con alguien que te quiera y esté dispuesto a escucharte, expresá todo lo que sentís. Hablá sobre todos tus sentimientos, tu angustia y pesar, si no lo hacés abiertamente podés llegar a la depresión.
Canalizá tu violencia. Hacé acciones que te "descarguen" y que no resulten dañinas o perjudiciales para vos o para alguien (tirar piedras al agua, gritar en un lugar privado, o lo que se te ocurra y que sirva).
Evitá acumular el mal humor o la irritación. No esperes a «no dar mas» para buscar la ayuda.
Los demás no tienen la culpa de lo que te pasa. Tal vez ni vos mismo la tengas. Pero nadie gana nada con una actitud irritable de tu parte.

El sentimiento de culpa
Es cierto que de vez en cuando es bueno y necesario reflexionar con lo que hemos hecho en nuestra vida, y a que hemos llegado o a que nos ha llevado. Pero debemos aprender a manejar las reacciones ante el diagnóstico.
Es probable que al saber de qué estás enfermo empieces a enjuiciar lo que has hecho con tu vida. Dependiendo del origen del contagio comienzan los reproches propios.
Aparecen los "por que habré..." y los "si yo hubiera...". Pero en la gran mayoría de los casos es analizando principalmente tu vida sexual hasta el momento. Por cultura social, formación religiosa y el "que dirán" tanto la infidelidad, la inestabilidad o descontrol en lo sexual y la homosexualidad son asuntos que muchas veces se manejan a escondidas.
Y aunque lo hiciste porque querías, puede que ahora vos mismo las juzgues como conductas reprobables, que hacen que te sientas culpable, que tengas vergüenza y tal vez disminuido ante vos mismo y los demás. Saber que existe la posibilidad de ser incluido en uno de "estos grupos" por la opinión de otros, y el pensar que podés estar causando un daño irreparable a tus seres queridos, pueden ser fuentes del sentimiento o sensación de culpa.
Lo que podemos sugerirte:
Analizá tu vida y reorganizá algunas cosas.
El sentimiento de culpa no controlado puede llegar a ser autodestructivo y solo sirve para limitarte.
Entendé que no se trata de abandonarlo todo, sino de ajustarse a una nueva realidad.
¿Habré contagiado a alguien? También puede que te sientas culpable por la posibilidad de haber infectado a alguien antes de saber que eras VIH positivo.
La posibilidad de haber infectado a alguien antes de conocer el diagnóstico no debe ser fuente de culpa, angustia y dolor. No lo hiciste a propósito.
Te va a ayudar informarle a tus parejas sexuales por lo que estás pasando y darles la oportunidad de que se hagan las pruebas. Si es que se han contagiado, el tener un diagnóstico precoz les posibilitará una atención apropiada a tiempo.
No te juzgues duramente por tus conductas pasadas. Preocupáte más por juzgar la importancia que tiene tu vida y tu actitud hacia ella de ahora en adelante. Lo hecho, hecho está y nada se puede cambiar.
 

La sensación de falta de control
Es muy probable que sientas que todo se escapó de tus manos. Que creas que ya no podés hacer nada. Puede que sientas una total falta de control por tu situación.
Lo que puedes hacer:
Aprendé a convivir con el VIH, cuando lo hagas vas a ver que quién se lo propone logra mantener un papel activo en la vida.
Aceptá que haya cosas que no podés controlar es positivo.
Reconocé que si se quiere, existen soluciones para los problemas.
Reconocé que de tu voluntad dependerá el poder vivir una vida mejor y con satisfacciones.
Reconocé que tenés el poder de decidir si tu vida va a ser una espera de la muerte o si va a ser vida.
Conocé la vida de otros que son VIH+. Te será útil, verás que muchos llevan una vida normal y desde hace muchos años.

La necesidad de apartarte de otros o aislarte
Debido a que la infección VIH y el SIDA siguen siendo enfermedades de estigmas y prejuicios, "mal vistas", y mal valoradas por muchos, apartarse de la gente es una reacción frecuente, diríamos casi normal.
Puede que busques aislarte porque:
Creés en algunos de los prejuicios que existen alrededor del VIH y SIDA.
Creés que podes contagiar "de alguna manera" a los que te rodean.
Pensás que así les evitás preocupaciones a tus seres queridos.
Inventás cualquier motivo para ello, porque «necesitas estar solo».
Lo que podemos sugerirte:
Si tenés miedo "a contagiar a los demás", informáte.
Buscá ayuda de parte de los profesionales de la salud y psicólogos. Ellos te escucharán y ayudarán a terminar con esos temores.
Confía en tus amigos y familiares.
No guardes secretos para con los que te quieren. Esto solo puede aumentar tu dolor.
Recuerda que las personas que realmente te quieren te aceptan tal y como eres.
Si te aislas durante mucho tiempo de tus seres queridos solo vas a conseguir sentirte muy mal y harás que ellos también sufran a tu lado.
Tomáte un tiempo. Con el tiempo vas a sentir la solidaridad de otros ante situaciones difíciles.
Asiste a sesiones de grupos de ayuda y comparte tus inquietudes. Verás como otros sobrellevaron este problema.
Vas a ver que el tiempo y lo que pase a partir de ahora te convencerán de lo falso de tu posición.

La depresión y el pesar
La depresión es uno de los males más extendidos de estas últimas décadas. En algunos casos muy serios lleva hasta al suicidio. La situación por la que estamos pasando a algunos nos ha hecho creer que "tenemos el derecho de estar deprimidos".
Es natural sentir pesar por el futuro que tenemos que enfrentar, a la lucha diaria se agregó esta lucha contra la enfermedad.
La depresión y el pesar pueden llevarte a que:
Pierdas el sueño.
Pierdas el apetito.
Pierdas la autoestima.
Pierdas y el placer en las actividades cotidianas.
Niegues el diagnóstico y abandones tu cuidado o tratamiento.
Sientas la necesidad incontrolable de llorar todo el tiempo.
Sientas que perdiste tu poder de disfrutar de la vida.
Te sientas de mal humor.
Te sientas muy triste, con gran pesar y angustia "allí muy adentro".

El duelo
Es casi normal que imaginemos que nos vamos a morir dentro de poco. Muchos de nosotros nos hemos "visto" muertos inmediatamente después de recibir el diagnóstico.
El duelo puede llevarte a que:
Llegues a demostrar conductas de despedida o duelo.
Des la impresión de que te "estás despidiendo de todos". "Dejes" o "repartas" tus cosas a los demás.
Hables mas de lo debido de "cuando no esté", "cuando me muera" o "cuando me haya ido".
Los pensamientos alrededor de la muerte sean suicidas.
Es cierto, nos enfrentamos mas de cerca con la muerte, pero prestarle más atención de la debida durante mucho tiempo imposibilita o afecta tu "habilidad para funcionar". Bajo ninguna circunstancia te lo permitas.
Lo que podemos sugerirte:
Aceptá que tu enfermedad es biológicamente crónica. Pero no hagas crónica tu depresión, eso solo sirve para que te dañes sin necesidad.
Aceptá que tu enfermedad puede llevarte a la muerte, pero si te esforzás y te cuidás podés enfrentar la situación y vencerla.
Aprendé a "dejar salir tus emociones".
Asiste a reuniones de grupos de ayuda. Casi todos hemos tenido que luchar contra estas sensaciones y sentimientos. De seguro recibirás ayuda.
Evita el abuso del alcohol. Sólo te deprime más y te daña físicamente.
Evita sentirte lástima, o al menos más de la necesaria.
Llorá todo lo que necesites. Llorar es una vía natural para canalizar la tristeza profunda.
No te menoscabes, ni invalides como ser humano, ni dejes que otros lo hagan.
Pensá en hacer cosas positivas. Dedicáte a actividades que te estimulen.
Tené en cuenta que:
Esta en ti sentirte bien.
Esta en ti tener la debida y necesaria autoestima.
Esta en ti mismo el hacer tu vida mejor ajustándote a tu situación actual.
Esta en ti aceptar y asumir tu nueva situación y plantearte metas posibles.

Problemas con la actitud ante la actividad sexual
Por miedo, algunos han llegado a abstenese de hacer el amor ya sea por un corto o largo tiempo. Es cierto, para cuidar nuestra salud y proteger la de la pareja definitivamente tenemos que hacer cambios en la vida sexual.
Las tensiones a las que nos enfrentamos, la ansiedad, la depresión, el aislamiento y la negación pueden afectar el deseo y nuestro desempeño sexual.
¿Que es sexo seguro? Es la forma de mantener relaciones sexuales sin poner en riesgo la salud de otros, disminuyendo la posibilidad de que podamos reinfectarnos, reinfectar, transmitir el VIH y/o contraer otras enfermedades de transmisión sexual (sífilis, gonorrea, blenorragia) u otras como las hepatitis.
Si ambos miembros de la pareja son VIH positivos el tener actividad sexual sin protección los expone a volver a infectarse (reinfección), lo que facilita el progreso de la enfermedad y complica seriamente el avance positivo del tratamiento.
Por eso es importante tener relaciones sexuales siempre usando preservativos. Algunos de nosotros para "estar más seguros" y poder vencer la barrera del temor de contagiar al otro utilizamos dos preservativos (se evita el riesgo de la ruptura) o con algún tipo de espermicida recomendado. Ahora hay preservativos femeninos, así que se pueden complementar ambos elementos para más seguridad.
A algunos  el practicar sexo seguro  ha sido difícil al inicio, pero con el tiempo ha llegado a proporcionar placer. Todo es cuestión de aprender y aceptar la nueva situación.
Si hasta el momento no practicaste sexo seguro, sin lugar a dudas vas a notar cambios en tus sensaciones sexuales. Pero por ti y tu pareja esto es estrictamente necesario.
Lo que podemos decirte:
Leé y orientáte sobre sexo y sexualidad.
Explora y disfruta otras formas de expresar tu sexualidad.
El SIDA ha cambiado el comportamiento sexual de muchas personas. No eres el único.
El sexo seguro ofrece alternativas que quizá hasta ahora no habías explorado y apreciado.
No sientas pesar por la pérdida de prácticas sexuales pasadas.
Es lógico sentirte triste por prácticas sexuales que disfrutabas y que decidiste dejar de hacer. Pero que esto no rija tu vida y sensaciones.
Si tomás todas las precauciones, puedes gozar de una actividad sexual plena y sin miedo.
El mundo entero se enfrenta a la misma situación: tenemos un virus que se transmite fundamentalmente por relaciones sexuales. Practicar sexo más seguro es la vía para protegerte y proteger a otros, y la forma de expresar tu sexualidad de una forma responsable. Como ya dijimos ser seropositivo no significa terminar con nuestra vida sexual, solo tenemos que aprender y enseñar a nuestra pareja como relacionarnos sexualmente disminuyendo el riesgo de transmisión del VIH. Conocemos parejas formadas por un portador y una persona sana, que viven y comparten todo sin dificultades, por supuesto ejerciendo los cuidados que ya mencionamos.
Es que los VIH+ siempre que tomen determinadas precauciones pueden convivir sin riesgos con los VIH negativos.
 

¿Lo digo o no lo digo? Ésa es la cuestión
Por nuestra propia experiencia concordamos contigo es que si hay algo difícil de decidir es si vas a decirle a los demás o no lo que te está pasando. Puedes llegar a pensar que tus seres queridos van a asociar de inmediato el diagnóstico de VIH positivo a la muerte. AlE igual que tu, ellos sentirán que los prejuicios, estigmas y deshonor que trae el SIDA han alcanzado su medio ambiente.
Por eso, puede que estés pensando seriamente lo que hay entre la necesidad de ser aceptado en esta nueva situación, recibir el apoyo y amor, y al mismo tiempo temer el dolor y el rechazo que puedas encontrar.
Si tu decisión es decirlo, o cuando debas decirle a los que te quieren lo que te sucede, ten muy presente que el mismo proceso que viviste al enterarte, las dudas, los temores, miedo y dificultades, pueden ser las reacciones de las personas con quienes decidas conversar.
Dale su tiempo a los demás.
Las reacciones iniciales, ya sean de espanto y terror, o de minimizar el asunto son comunes. A veces te va a dar la impresión de que los demás te están sobreprotegiendo, que te tienen lástima (expresada abiertamente o no). Puedes lograr que, con el tiempo, las relaciones se vayan normalizando hasta volver a ser las de siempre.

 
Comunicar el diagnóstico es importante
Es tú deber informar a tu pareja y a tus relaciones anteriores, es tu responsabilidad, y porque de ello depende de que se realicen las pruebas y puedan recibir la atención requerida.
Si vas a iniciar una nueva relación amorosa tienes que conversar no solo sobre el diagnóstico, sino también sobre las prácticas sexuales que preservarán la salud de ambos.
No te podemos ofrecer ninguna fórmula que garantice que el momento de decir el diagnóstico a otros sea fácil. Tampoco encontramos ninguna fórmula que asegure que todos te ofrecerán y mantendrán la actitud que esperás.
Algunas personas VIH+ han decidido no informar el diagnóstico. Le temen a ser enjuiciados y rechazados. Llegan a sentirse culpables o avergonzados de su condición.
Otros informamos el diagnóstico a los demás. Si bien es cierto que a veces hemos pedido ayuda a algún especialista.
En el grupo de ayuda hemos discutido más de una vez sobre las dos posiciones posibles: ¿decir o no decir?
Llegamos a la conclusión que comunicar al diagnóstico, tiene más ventajas que desventajas, y que no decirlo ocasiona tensiones y miedo a ser "descubiertos", siendo el reflejo de un particular estado interior y de un estilo de enfrentamiento a la vida a veces poco saludable.
Por supuesto estamos hablando de comunicar el diagnóstico a los que nos interesan, o que de alguna manera les corresponde saberlo (entorno familiar cercano, seres queridos en general, amigos, tu grupo, quienes conviven contigo).
Decir el diagnóstico:
Incorpora a otros en el tratamiento del problema.
Te da la seguridad integra de decir: "éste (ésta) soy yo, estoy pasando por esto...", ante vos y ante los demás.
Elimina la ansiedad que se produce cuando existen "zonas prohibidas".
Elimina la ansiedad que se produce de cuando «lo descubrirán».
Hace que compruebes que el rechazo es menor que el imaginado.
Y que a veces se trata de un rechazo momentáneo, de alguien que necesita tiempo para "digerir" la noticia. Otras veces es el rechazo de personas eternamente temerosas e inseguras (muchos aun hoy en día, hasta tienen miedo de decir la palabra cáncer).
Te da respeto a vos mismo. Obliga al respeto de otros.
Rompe los mitos que existen sobre "incapacidades" y desfiguraciones físicas, mentales o morales de los seropositivos.
Es un ejemplo para que los demás se protejan y protejan a otros.
Consideramos que:
Tienes derecho a la privacidad y a elegir el momento y la persona a quien decirle el diagnóstico.
Tu vida privada es tuya. Tu decides a quién hacérsela conocer, teniendo en cuenta tu responsabilidad social.
Tienes que estar preparado psicológicamente para hablar de diagnóstico. También es bueno tener información sobre VIH y SIDA. Puede que te hagan muchas preguntas.
Tienes derecho a decir que más que consejo y compasión necesitas ser escuchado y tratado como siempre.
Tienes que tener expectativas realistas. Las demás personas pueden necesitar tiempo.
Puede que en alguna ocasión encuentres reacciones de rechazo que es abiertamente ofensivo, pues la gente puede estar prejuiciada o mal informada. Tú puedes llegar a ser un agente de cambio.
Intentá evitar estar muy susceptible, sensible y pendiente de las reacciones de otros. A veces puedes equivocarte y malinterpretarlos.
Tratá de prepararte para que algunos te miren como a un "marciano". A algunos les puede parecer "exótico" o "atractivo" conocer un seropositivo al VIH. Este fenómeno es consecuencia de todas las distorsiones que se asocian al SIDA y va desapareciendo en la medida en que se profundizan las relaciones con las personas y se difunde más información sobre la enfermedad.
No tienes por qué sentirte culpable o responsable de las reacciones de los demás.
Si piensss que tu nueva situación puede dañar a tus seres queridos, recuerda que el silencio o la evasión pueden ser aún más dañinos, y que en algún momento tendrás que enfrentar la realidad. Es peor que se enteren por otros o "de rebote".
Lo que resulta importante son los valores y conductas hacia ti y hacia los demás.
Vas a encontrar que algunos te dirán "sabía que estabas enfermo, creí que era algo terminal, al menos esto tiene tratamiento".

 
Tratamientos
Hoy en día existen tratamientos para evitar el avance o progresión de la enfermedad, aunque es cierto que hasta el momento solo nos pueden dar la expectativa de convertir esta enfermedad en algo crónico.
Reciben este tratamiento, sobre la base de una combinación de drogas, todos los VIH+ que lo necesiten y así lo deseen. Por supuesto que bajo un estricto control y supervisión médicos. Cada caso es particular, por lo que los tratamientos pueden variar de una persona a otra (tipo de drogas o combinación de ellas y dosis diarias).
Pero tenemos que tener en cuenta que los remedios no son todo. Podemos y debemos hacer mucho para mantenernos saludables.
Algunos de los factores que posibilitan mantenerte físicamente san@:
Atención médica precoz.
Hacerte los chequeos y análisis de rutina.
Cumplir al pié de la letra los tratamientos médicos.
Evitar la reinfección por relaciones sexuales sin protección.
Mantener un buen estado psicológico.
Esforzarte por tener una alimentación apropiada.
Esforzarte por tener el descanso apropiado.
Ser cuidadoso para evitar exponerte a situaciones que puedan enfermarte (higiene, cuidados del cuerpo, no exponerte a situaciones que puedan llevar a enfermarte de gripe o algo más serio que se desencadene en neumonía, etc.)
Es importante estar atentos a seguir al pie de la letra las indicaciones de cuando y como ingerir los medicamentos, en ello va en muchas ocasiones la efectividad del tratamiento. En ocasiones suele parecer difícil o complicado cumplir los horarios y dosis, siendo en algunos caso superior a 20 pastillas las ingeridas a diario. Algunos de estos medicamentos requieren atención a tiempos de ayuno previo y posterior o cuidados con los tipos de alimentos que se pueden ingerir.
Como la situación de cada uno varía con relación a otros (enfermedades anteriores, estado y avance de la infección, estado del sistema inmunológico) verás que no todos reciben el mismo tratamiento. Es necesario que confíes en los médicos y sigas sus indicaciones. No tengas vergüenza en preguntar si no entiendes algo o el porqué de algo que te indiquen o digan. Tu vida va en ello.
Tener apoyo psicológico por especialistas forma parte de nuestra atención porque nos ayuda a enfrentar situaciones que puedan deteriorar nuestra salud; la práctica de alguna técnica de relajación nos permite fortalecer nuestro sistema inmunológico. Se ha comprobado científicamente que los estados depresivos-ansiosos debilitan nuestras defensas.
Hacer ejercicio físico también ayuda a nuestro sistema inmune.
El tratamiento no solo depende de médicos y especialistas. Nuestra participación es decisiva. Somos los responsables de que no quede ningún cabo suelto.
Tal vez llegue a tus manos información de revistas o diarios que utilizan cuantas informaciones y comentarios conocen para escribir artículos periodísticos que aseguran que se ha encontrado la cura al SIDA, sin que exista ninguna confirmación científica sobre el hecho. También existen personas que ofrecen curas milagrosas o sin comprobación médica. Vas a tener que aprender a discernir entre lo que puede ser cierto o no. Si tienes dudas consultá a tu médico.
Tienes que aprender a ser cauteloso valorando la información de la prensa, que puede infundir falsas esperanzas para luego provocarte depresión. También tienes que cuidarte que de medicamentos sin control científico, curas ofrecidas con las mejores intenciones o no, pero sin validez, pues pudiera afectar tu salud. En estos casos es lo más importante siempre consultar con los especialistas en esta materia.
Últimamente se ha oído hablar de "curación o negativización", en realidad con los nuevos tratamientos hay muchos afectados que han llegado a un nivel de infección mínimo, pero nadie a sido definitivamente curado. Todos ellos siguen medicándose, todos ellos pueden contagiar a otros si no toman las precauciones debidas.
Hay grandes esperanzas, pero habrá que esperar. Mientras tanto tu parte en enfrentar tu problema es lo fundamental.
 
Lo último...
Sinceramente esperamos que este material te sea de mucha ayuda. Ese fue el objetivo del tiempo, esfuerzo y dinero invertidos en esta obra. Si creés que puede servirle a otros: compartilo.
Sólo de ti depende... Gracias por hacernos llegar esta buen material que nunca esta demás para concienciarnos . Algunas de las fases y del problema de decir que tines una enfermedad, mas cuando esta es larga o da miedo su nombre es igual cuando te dan un terrible diagnóstico,muchos de los ... desaparecen pero los de verdad siempre estan a tu lado.   Amicus