(EFE).- Un cineasta con la capacidad de "hacer que lo mismo sea siempre distinto", "de innovar constantemente" y que es capaz de que el actor sepa "en todo momento" lo que tiene que ahcer son algunos de los rasgos de Carlos Saura que han recordado hoy sus compañeros de profesión en un homenaje en la SEMINCI. Durante la gala de inauguración de la 54 Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), el festival ha entregado sendas Espigas de Oro honoríficas al director oscense Carlos Saura y al italiano Ettore Scola, quien a su vez presidirá el jurado del certamen.
Saura ha confesado estar "emocionado" con el "homenaje grandioso" que le ha dedicado la 54 SEMINCI donde, además de recibir esta mención especial, contará con un ciclo en el que se proyectarán 37 películas, un mediometraje y cuatro largometrajes de su factura, y con una exposición de su material fotográfico, literario y audiovisual en el Museo Patio Herreriano.
Familiares y compañeros de profesión han destacado diversos aspectos de Saura antes de su aparición en el escenario del Teatro Calderón de la capital vallisoletana, entre los que se encontraba Vittorio Storaro, director de fotografía en varios de sus proyectos cinematográficos.
"Trabajar con Carlos no es un deber, es un placer", pues "siempre intenta abrir puertas nuevas en el mundo misterioso del cine", en ese mundo en el que "hay un momento entre las palabras acción y stop que nos anima a vivir", ha afirmado Storaro.
Uno de sus siete hijos, el productor Antonio Saura, ha destacado la "increíble capacidad" de su padre de "estar continuamente innovando" y de hacer de que "lo mismo sea siempre distinto".
"En este festival soy jurado y hay dos madrastras mías actuando, lo cual crea un conflicto de competencias", ha bromeado Carlos Saura, quien ha asegurado que le "fascina" trabajar con su padre.
El otro homenajeado, Ettore Scola, en tono jocoso, ha señalado durante su intervención que le da "miedo" recibir los premios cinematográficos, "pues siempre son feos y hay que tenerlos en una estantería". Ha agradecido, sin embargo, que la Espiga de Oro honorífica sea un objeto "muy bello" para exponer en su casa.
Conducida por el actor Alex O'Dogherty, la gala de inauguración se ha celebrado en un escenario adornado con ropa tendida, un Seat Seiscientos matrícula de Valladolid, dos bidones haciendo las veces de estrado y hojas secas desperdigadas por las tablas.
En medio de este decorado se ubicaba una banda de música comandada por el propio O'Dogherty, quien durante la hora y veinte minutos que ha durado el acto se ha atrevido a tocar el piano, la trompeta, el acordeón y la guitarra, esta última para hacer un peculiar repaso a ritmo de música de los patrocinadores del festival.
La actriz Ana Fernández ha leído una carta del director del festival, Javier Angulo, en la que reivindicaba a la SEMINCI como un espacio para el cine de autor, en estos momentos en los que en el cine prima "la forma sobre el fondo".
Previamente a la gala, por la alfombra roja -que cruza buena parte del casco histórico de la capital vallisoletana- han pasado personalidades del mundo del cine como los actores Carmen Maura, Eduardo Noriega, Sergi López o Juan Diego y directores como Arturo Ripstein, Juanma Bajo Ulloa o los dos homenajeados.