La admiración que suscitaba la personalidad y las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar cautivaron incluso a sus propios adversarios musulmanes; éste es el caso de Ibn Bassam, escritor coteáneo del Cid.
Se trata de uno de los personajes heroicos más importantes de la historia medieval europea. La impronta de El Cid se proyecta en la cultura europea a través de numerosas expresiones artísticas Le Cid de Corneille, siglo XVII; la ópera Le Cid de Massenet, siglo XIX: la película El Cid, de Anthony Mann, 1961, etc. Más allá de sus cualidades artísticas, estas obras confirman una presencia secular de El Cid en la conciencia y la simbología occidentales a lo largo de los siglos así como el interés que aún despierta el personaje.